El abogado de todos los diablos

Ande, ande, ande...la marimorena...el abogado Emilio Rodríguez Menéndez, desde Argentina, ha vomitado a gusto contra una serie de personajes con los que intercambió fluídos en su día.

Opinión | 11 de diciembre de 2010
Cordelia Colby

La biografía de este hombre, aspirante a Al Capone pero muy cosa nostra -de la tierra- es para una película de serie B. Fugado de la justicia española, se largó por las buenas solicitando un nuevo pasaporte y adiós muy buenas. Ha defendido a lo mejorcito de la escoria mediática, una de sus ex mujeres intentó asesinarle a través de un sicario al que le prometió cincuenta millones de las antiguas pesetas, un Cartier y un polvo. El tiro le salió bien, porque Rodríguez fue herido de gravedad, pero ella cumple todavía condena como le corresponde. El, sin embargo (es una forma de hablar, a ver si me entienden, porque lo tiene todo embargado) concede entrevistas desde Argentina por una pasta puesto que anda canino. Y para que le paguen más y más, la lía tipo barriobajo contando mentiras, intimidades dudosas y escupiendo improperios. Lo fuerte es que se le dá espacio, y lo grave es que ya lo tiene. Qué nivel...
Tiene aspecto de oso y sus ex amantes le llamaban "osito", y según cuentan, en su super chalet madrileño hoy abandonado, coleccionaba peluches -más ositos- , y mantenía una habitación donde guardaba trescientos. Es feo y gordo. Tiene un aspecto de mala gente que no se lo salta un torero. Ha salido sìempre muy mal parado en todas sus noticias, pero ahora, llegados a este punto, se nota que está agotando sus últimos resursos propios, que no son otros que la venta lamentable de sí mismo a fuerza de patadas por la espalda.
Asegura que volverá a España. Para muestra, un youtube:
 

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