Entre Ana Rosa Quintana, Sánchez Drágó (te fastidias, chico) y ahora la Trapote, el panorama literario circense no da para pasmos. Un libro es una cosa muy seria, y no digamos ya un escritor. Mira bonita, dedícate a lo tuyo que trabajo tienes haciendo el ridículo de cadena en cadena. Pero no juegues con eso. Vende tu vida, protege a tu novio, maquíllate, opérate todo lo que te apetezca (ya lo has hecho, menudos implantes, nena) pero deja a cada uno lo suyo. De esta no te levantas fácilmente. Menudo bochorno. Te han echado del plató y además te dijeron que no ibas a cobrar, por farsante y estafadora. No das para mucho más que una portada cutre. Tu ejercicio periodístico pasa por una sala con sillas donde se hace público el cotilleo barriobajero?¿y tú te metes con la Esteban?
Pues mira, Belén ha conseguido que escriban libros ?de ella?, aunque se trate de biografías no autorizadas en manos de plumas tipo feriante. Si estás metida en el ajo mediático, Beatriz, aprende a estar. No nos presentes sin más el librito para ver si cuela cobrando una pasta gansa por aparecer a contar cuatro majaderías. No te vayas a La Noria porque te viene grande. No está hecha la miel para la boca del burro. Mentirosa.
Ahora ya tienes una excusa y temazo de oro para lloriquear en Antena 3 el próximo martes. Hagas lo que hagas, vas a quedar fatal, pero ahí si que cobrarás.