País de mierda

País de mierda

No hay remedio.España nunca saldrá de la crisis (no hablo de la económica, sino de la cultural y social) en la que se halla sumergida, no tanto por las brillantes figuras y personajes que tiene y ha tenido, que son muchos y de calidad, sino por el inconmensurable contrapeso que contra estos (sí, señores, sin acento, así estamos) refleja su clase política.

Opinión | 10 de noviembre de 2010
Pere Borràs


A diferencia de lo que hacen muchos, no intentaré ilustrar lo que digo con patinazos que a cualquiera se le pueden escapar y no son tanto fruto de la estupidez como de los nervios o un estado mental transitoriamente alterado y que no es prueba de nada. Bueno, sí... los pondré, pero dejando claro que si pienso que España es un país de mierda no es por esto (sí, señores, otra vez sin tilde, ya ven, cosas de la RAE)[1], sino por lo que después comentaré.

Algunos graciosos patinazos, que muchos han cacareado como prueba de estupidez aunque no lo sean, son sobradamente conocidos. Todos supimos cuando Rajoy espetó que "ETA es una gran nación", o cuando Bibiana Aído se dirigió a los "miembros y miembras (sic) de la Comisión", así como cuando Aznar reconoció que "Vaya coñazo que he soltao (sic)" o el famosísimo "Manda huevos" de Federico Trillo, que "Viva Honduras" en El Salvador. Los hay realmente bestias, como cuando Esperanza Aguirre le preguntó a la madre de la escritora Dulce Chacón "¿Y donde está Dulce? ¿En Cuba? ¿Por eso no ha venido?" el día que inauguraban un colegio con su nombre. Resulta que eso sucedía en el 2006, tres años después de que Dulce falleciera de cáncer.

No. No creo que patinazos así sean representativos de nada. Son graciosos, es cierto, algunos incluso tremendos, pero el que nunca haya cometido un error de este tipo, que tire la primera piedra.

En cambio, hay otros errores que sí que dan miedo. Me refiero a otro tipo de patinazos que, en boca de quien los dice (o en la muñeca de quien los lleva), resultan imperdonables.

Un país no debe permitir que su ministra de cultura, y me refiero a cuando lo era Esperanza Aguirre, ignore ciertas cosas que tienen que ver precisamente con la cultura. A mi, que Esperanza Aguirre lleve una Power Balance me la trae al pairo. Lo grave es que si le preguntan si ha visto "Airbag" responda que ella solo (viva la RAE, sí, también sin tilde, con un par) ve cine español, siendo Airbag la película española más taquillera del año en que se lo preguntaron. Era ministra de cultura, de ahí la gravedad del asunto, más o menos como cuando dijo "¿Santiago Segura? No sé quién es". Por otro lado, así como no me importa que Aguirre lleve la nombrada pulsera (cada uno se deja engañar como mejor le plazca en asuntos que no sean de su competencia), me da escalofríos que la lleve la ministra de sanidad. Que Leire Pajín cargue la cartera del ministerio de sanidad llevando un producto milagro en la muñeca y se deje fotografiar con este (de nuevo sin acento por obra y gracia de la RAE), está a años luz de distancia de que lo haga la condesa de Murillo (la Espe).

Aunque volviendo a la cultura, si bien Esperanza Aguirre era de espeluznante ignorancia, la actual es peor. Porque Ángeles González-Sinde ya dispara directamente contra la cultura con perlas como "es asustante que los libros circulen libremente por la red" o que "Mozart vivía en la miseria por no tener derechos de autor", cuando lo cierto es que se pegó la vida padre (no, no fue enterrado en una fosa común; no, jamás pasó hambre; no, no lo mató Salieri y, definitivamente, no, la vida que cuenta la película "Amadeus" no es cierta). Si encima es parte en intereses como los que importan a la industria que parió "Mentiras y gordas", de la que es guionista, no sorprende que intente colarnos (y nos cuele, porque todo hay que decirlo, nosotros también somos idiotas) una ley en virtud de la cual no hace falta ni siquiera una orden judicial para cerrar una web.

Por eso, y por muchas más cosas (fiesta nacional incluida), España es un país de mierda. Porque con todas sus cosas buenas, desde Cervantes hasta el Sol, pasando por el Greco (oh, wait...), la Giralda, Ramón y Cajal y un millón más de maravillas, lo cierto es que las malas, además de tampoco ser pocas, dan susto al miedo. Pero la culpa es nuestra, porque le damos más importancia al fútbol que a la política, a la economía que a la educación, al cachondeo que a los problemas, y mover un dedo por nuestros intereses nos cuesta más que factorizar un producto de primos de tres cifras mentalmente.

Lo último, desde ya, "solo", así como los pronombres demostrativos, van sin acento en todos los casos. No sorprende, pues, que desde la misma RAE, España sea "un país de mierda" (Arturo Pérez-Reverte dixit, y lo dixit más de una y más de dos veces) ¡Dadnos la independencia, por Dios!

 


[1] Je suis désolé. Como comenta Mario, "esto", a diferencia de "este", nunca ha llevado tilde Embarassed Gracias por la corrección. Aquí nadie se libra Foot in mouth

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