¿Cómo retratar un futuro inmediato sin caer en dramatismos tópicos?...es casi imposible.
Todo a mi alrededor es un desastre mayúsculo. Empresarios arruinados con multitud de deudas, otros en el paro con escasas oportunidades agotando los subsidios, y la mayoría sobreviviendo con ayudas familiares. Facturas que ya no es posible pagar, suministros que se abonan en la fecha límite, joyas a la venta, muebles, cuadros y hasta libros.
Opinión |
11 de junio de 2010Consuelo G. del Cid Guerra
Un tema de conversación común : Abandonar España. Dejar este país como fracasados o cobardes que huyen en fugas hacia delante en busca de un futuro mejor y a la aventura forzada. Emiratos Arabes, centro Europa...allí todo es distinto. Los curriculums se valoran, y aunque no sea así, no importa el tipo de trabajo que se pueda encontrar puesto que estamos (indispuestos) pero dispuestos a todo mientras
haya tierra y mucho mar de por medio.
"Yo me voy antes de que me embarguen el piso. No puedo pagar los créditos y estoy a punto de quedarme sin efectivo. No aguanto más. Me voy." Es un destierro práctico y socialmente bien visto.
"Esto se hunde, y no me voy a quedar a contemplarlo". Sin un sólo gesto de lucha, sin salir a la calle a manifestarse y sin plantar cara a nuestros deudores oficiales. Una amiga mía, inteligentísima, me decía hace poco que la gente está desactivada. Y ha dado en el clavo, es la palabra: Desactivada.
Vivimos en una nube flotante, complaciente y engañosa. Sin pensar. Sin sopesar. Nos doblaron la moneda para entrar en Europa y no estábamos a la altura. Ahora estamos bajo cero pero con un clima privilegiado que permite tostarse al sol durante todo el verano. Es el gran retrato del ocio. Del paro. De la falta de recursos. Nos escandalizó el joven antisistema Enric Duran, y cada día me siento más cerca de él y su célebre "Podemos". Pero Duran se está quedando en el margen y recibiendo tratamiento público de ladrón, cuando no lo es. Presentarse en un banco para declararte antisistema es algo poco común, pero se hace. Los bancarios tiemblan cuando se les presenta alguno, y los bancos actúan como si no pasara nada. El nivel de morosidad crece de forma alarmante, y desde esa alarma social práctica y transferible, podemos hacer muchas cosas. Es cuestión de razones -que sobran- y de cojones -¿los hay?- ...La desactivación generalizada conduce a escenarios como el nuestro, un país quebrado, triste, cobarde y abandonado a su suerte. Un país que ha osado suspender a Garzón, y no pasa nada. Hagamos que ocurra algo. Salgamos a la puta calle. Sigue siendo nuestra.