Ministra Chacón:
Te escribo desde la tranquilidad de saber que no me juego ningún puesto de trabajo ni nada parecido. Además, en esta publicación no enlazamos con cosas de los espabilados de la SGAE, por lo que no podrás pedirle ayuda a tu colega González-Sinde para que la cierre, lo cual me ofrece la libertad de decirte lo que muchos piensan pero se callan, salvando estelares excepciones como la de una tal Nuria de Haro Roldán de la sección Económico-Administrativa del aeropuerto FGL de Granada-Jaén que se ha permitido llegar al extremo de llamarte "tía guarra" e "hija de la gran puta" (se nota que estaba calentita por ciertos acontecimientos ocurridos en su trabajo y directísimamente relacionados contigo).
Opinión |
02 de junio de 2010Pere Borrà s
Va por delante que me solidarizo plenamente con ella; pero entremos en materia.
Estás al frente, nada menos, que del
Ministerio de Defensa. Uno podría pensar que la razón de ser de un ministerio llamado de defensa sea defender. ¿Defender a quien? Pues al país al que pertenece tal ministerio, ¿No?. Se ve que no.
Porque verás, resulta que la mayor amenaza, el peor enemigo de este país en estos momentos, es la escasez económica. Por algo hay algunos, o eso me han contado, que dicen por ahí que estamos en crisis y, siendo franco, cuando salgo a la calle, veo lo que veo y oigo lo que oigo, pues tiendo a creerlo.
Tengo entendido, paradójicamente, que además de gastarte lo innombrable en tus viajes oficiales -por lo que dice nuestra osada amiga Nuria de Haro Roldán un muchito más que
Su Vegetariana Majestad la Reina de España Dña. Sofía Margarita Victoria Federica de Grecia y de Borbón que pasa mucho por ahí y saluda al personal con (permítaseme la guasa) menos "alteza" y más humildad que tú- has decidido rebañar lo que pudiera quedar (y caer en el futuro) en las arcas del estado en nada menos que un cuerpo de élite felizmente bautizado como
COMFUT (de
COMbatiente FUTuro, así, en plan rollo peli con muchos efectos y tal, que mole a los futuros combatientes, sí, ésos, los que por no saber no saben ni cuándo hay que poner las haches pero a quien molan estas pelis) que, lejos de ser un casco con una flor para misiones de paz, consiste en una colección de ¿personas? armadas hasta los dientes con lo último en tecnología bélica, entendiéndose por bélica juguetes que sirven para matar, esto es, terminar con la vida de otros. Ya sabes, cosas que eyaculan pedazos de metal dirigidos contra cuerpos de personas con el fin de arrancarles el alma del cuerpo y demás curiosidades. Ahora nuestros soldados podrán, incluso, matar con su magnífico fusil
Heckler & Koch G36 de noche cuando la víctima no vea un pijo, gracias a sus ultramegachachis visores nocturnos de puntería adosados al nombrado aparato de agujerear personas. Lo cierto es que ver a un comfut impone, con tanto cachivache y tanta tecnología destructora. Si al hecho de contemplar tanto potencial destructivo encima te enteras de su C.I., con toda probabilidad ya te cagas por la pata abajo.
Y para que semejante dispendio parezca justificado, te gastas máááás millones (total, no pagas tú sino nosotros) en una campaña de tu ministerio en la que esta vez, en vez de a Concha Velasco, las
fuerzas armadas nos presentan una colección de peleles con aires de grandeza aunque formas falsamente humildes que nos cuentan alguna aventura que cualquier ONGista podría realizar con una décima parte (yo diría que menos) de presupuesto, total, para arreglar los desbarajustes derivados en muchos casos de guerras alentadas por nuestro propio gobierno sobre cimientos tan demostradamente falsos como la existencia de armas de destrucción masiva. Cosas así matan niños. O padres de niños. O los lisian. O los traumatizan de por vida. ¿Demagogia? Casi, pero no. Causas. Si viven, cuando crezcan, no van a tener muy buen recuerdo de nosotros, o eso creo. ¡Defiéndenos, carai! ¡No nos crees más problemas!
Visto lo visto, he llegado a la conclusión de que algo falla. O no tienes ni idea acerca de sobre qué amenazas hay que ejercer la defensa en éste país, o el nombre de tu ministerio está mal.
Así que ya lo sabes. Si quieres hacer bien tu trabajo, aprende a defender tu país de sus verdaderos males (para eso tendrías que trabajar codo con codo con el Ministerio de Educación) o cámbiale el nombre a tu ministerio. Si te inclinas por lo segundo, propongo "
Ministerio de Guerra", "
Ministerio de Gastos para Crear Problemas" o incluso "
Ministerio de matar gente".
Venga, te deseo que tengas dulces sueños. Yo, no podría.
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