Me marché de allí con una sensación muy agradable, puesto que la participación en el coloquio fue muy alta y la atención prestada hacia mí, también.
En absoluto me olvido de Javier, Rubén y Vicente, almas del evento y sin los que no me hubiera sido posible el percibir la cálida acogida que tuve por parte de los que, estando privados de libertad, situación tan difícil, supieron hacerme llegar chorros de esperanza y reflexión con sus miradas.
El título de Picapedrera que me entregó Javier (Coordinador y Director del Taller de Cine) lo guardaré con especial cariño, ya que en los acontecimientos sociales que nos salpican a todos, tendríamos que ir quitando, empezando por mí misma, guijarros de piedras que puedan entorpecer nuevos amaneceres serenos, claros y en equilibrio.
No quiero olvidarme de nadie, puesto que también asistieron diversos profesionales. Así que: UN BESAZO PARA TODOS y, repito, GRACIAS.