Asusta y al mismo tiempo tranquiliza llegar a sentir cómo todo está relacionado entre sí. Heridas que llevan a seguir buscando, hasta que una cosa (¿o persona?) te lleva a otra y acabas adentrándote en algo que pretende suplir el vacío que ha creado no haber probado otras formas de expresión por no haber salido del jardín de mamá. Porque es muy difícil romper con la actividad que te asignan para cada edad. Y mientras me sumerjo en la fotografía, dos ángeles se dejan conocer, mirándome y llamándome, este hombre y este perro. Porque quizás entre miles de piernas abiertas con sus mentes impenetrables se puedan encontrar ángeles en el infierno.
Con la fotografía pretendo congelar la luz, pero no el tiempo. Más bien, deseo ver cómo el tiempo pasa y produce cambios. Si el monstruo que odio soy yo, ¿tendré que morir para matarlo? Cuando tu vida te conduce a una visión más "poética" de la muerte, te obliga a valorar más la vida, toda forma de vida. La teoría de la relatividad. Todo para encontrarle un uso a la sangre que se seca.
Buscar, buscar, buscar... Lo que encuentro siempre se va, pero espero superar el prematuro cansancio.