El gusto por la sangre ajena que nos caracteriza y es causa de referencia hacia éste país en más himnos nacionales de los que sería apetecible (Argentina, Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela, Catalunya y prácticamente cualquier lugar donde este gran país haya metido la zarpa) siempre se ha ostentado de la forma más obscena. No solo nos gusta la sangre ajena; necesitamos que se note bien clarinete. Hay que presumir de bestias. Que se sepa que somos unos malnacidos.
Hace medio milenio ya sembramos el terror entre nuestros congéneres americanos. Somos, ni más ni menos, los responsables de la desaparición de varias culturas enteras. Los himnos antes mencionados hablan prácticamente de forma casi exclusiva de lo contentos que están de haber perdido de vista a los españoles y de que cuidadito con que se les ocurra volver (algunos han sido retocados por razones diplomáticas, ahí es ná).
Otro alarde de hijoputez es un invento español que la todavía salvaje iglesia mantiene en activo aunque de forma menos bestia. La bendita (sí, bendita) y Santa (sí, santa) Inquisición (¿De dónde?) Española (ah, claro, de dónde si no). Se ha dicho que "Calcular el número de víctimas de la Inquisición es lo mismo que demostrar prácticamente una de las causas más poderosas y eficaces de la despoblación de España".
A los españoles (siempre en general y nunca en particular) jamás les ha gustado trabajar. Son unos vagos desde que nacen y para salir adelante, la mayor parte de su historia y siempre que han podido, han recurrido a la esclavitud. Cuando no han podido, al feudalismo o a la explotación forzada de territorios a los que mantienen "españolizados" a la fuerza. Y no rechisten, no cuestionen, porque si lo hacen les mandamos a lo mossos, sicarios botiflers tan admirables como la ertzaintza y otros inventos que en cualquier caso formarán parte de las fuerzas de seguridad del estado. Hoy, precisamente, han detenido a uno de los primeros por presuntamente (no olvidemos la palabra "presuntamente") forzar a un niño de 13 años a comerle el rabo en unos baños de un centro comercial. Pero mantengamos lo de presunto porque igual el niño se lo está inventado todo ya que el arrestado insiste en que solo fue una paja (ah, entonces nada, disculpe usted y siga paseándose armado por la calle y con la oficial autoridad, venga...). Que se note que están para proteger y servir.
Pues bien. Manteniendo la linea de "Mostremos lo machotes que somos, vamos a derramar sangre pero que se vea bien", la primera retransmisión en sistema 3D en éste país va a ser... ¿lo adivinan? ¡Una corrida de toros! (sangre, sangre, hmmmmm, como gussssstaaaaaa). Y luego, fútbol. Éste que no falte. Ya que no vamos a la iglesia (cualquiera manda a los niños ahí tal como está el patio, ¿eh?, que entre mossos y curas vamos a tener que meter a la infancia en cajas fuertes) quedémonos mirando esa cosa colgada en la pared por la que nos meterán vía intraocular anestesia suficiente para que sigamos tan vagos y espeluznantemente inútiles como siempre. ¿Crisis? ¿Qué crisis? ¡Con lo bien que va el Barça!
¿Me obliga la ley a querer ser español? Espero que no. ¿Me obliga a que no lo exprese? Espero que no. Aunque en una democracia en la que tengo toda la libertad del mundo para elegir a cualquier partido político que no haya sido previamente ilegalizado, no sé yo... igual me la estoy jugando por decir lo que pienso...
¿Estaré siendo tan ilegal como una consulta pública paradójicamente anticonstitucional en una democracia tan molona y modernísima? ¿Será ilegal el negro sobre blanco? ¿Sería eso posible sin fascismo de por medio?
Toros, señores. Toros. En los libros de historia lo pondrá. La primera retransmisión en 3D: Toros. Cómo se tortura y sacrifica un animal, en 3D. Hay que ser bestia. Menudo orgullo. Menos mal que no tenemos crías de foca ¿se imaginan?
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