Un salto del Tiempo al Espacio

Un salto del Tiempo al Espacio

(Fotografía de la Pirámide de los nichos, Cultura del Centro de Veracruz, Tajín, México, alrededor del 600 d.C.) La muerte y la vida se encarnan 2 veces en cada uno de los 365 nichos a los que llegué tras subir de los nichos del mundo subterráneo cuyo funcionamiento es diferente. Tras la muerte de la oscura noche y el nacimiento del luminoso día, rayos de luz penetran por orificios y roturas en la pétrea estructura del tiempo para permitirme desplazarme de nicho, a pesar de lo cual es en la oscuridad donde me siento más seguro y donde mi mente se ilumina para visionar el futuro camino.

Opinión | 07 de mayo de 2010
Josu Sein

Perdido en medio del laberinto, vuelvo a recorrer los nichos una y otra vez. Inmerso en el tiempo, esclavo del mismo, voy escogiendo el camino a seguir, en ocasiones por azar, en ocasiones por intuición, en ocasiones por mis recuerdos, en ocasiones por señales que mi razón se ha encargado de dejar por el camino. Y mientras, presionado por el tiempo con sus euforias y sus angustias, me voy conociendo a mí mismo, observando mi exterior en la luz y mi interior en la oscuridad. Pero después de todas las vueltas que he dado, ahora sé cómo llegar a la cúspide para salir del laberinto y ascender al espacio. Es la hora de saltar del tiempo al espacio para dejar atrás las mencionadas horas tal como aquí y ahora las entendemos. Y no os equivoquéis, no hablo de la muerte tal y como aquí y ahora la entendemos, por muchos laberintos que en el espacio pueda volver a encontrarme...


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