? Siga a ése taxi?
?No es lo que estás pensando?
?Me parece que nos siguen??
Opinión |
17 de enero de 2010Cordelia Colby
Cuando no pasa nada, una se imagina atrapada en el laberinto, apoltronada en un gran sofá de terciopelo azul, desnuda y contrariada fumando con boquilla. También con guardaespladas en un comercio chino de los de todo a un euro comprando una tortuga dorada espanterrible a la que le tiemblan las patas. Se suena la moquita con pañuelo de hilo, lleva guantes de piel, botas muy altas, grandes gafas de sol y un ramo de rosas.
Cuando no pasa nada, te encuentras con un tipo al que ya no recuerdas, o sabes demasiado de su gesto ?sorpresa, y cambiarás de acera para no entretenerte, porque no quieres verle ni que sepa de ti.
De pronto, llueve. Y no llevas paraguas. Buscas la inconfundible luz piloto de un taxi entre los coches y se para un Rolls Royce. ?¿La llevo a alguna parte??, pero pasas de largo y sigue sin ocurrir nada. Te peinas. Y la gente te mira porque muy pocas lo hacen en público, como si de un acto impúdico se tratara. Lo mismo sucede si te pintas los labios o los ojos. O si subes las medias que se caen un poquito, mientras caminas, brusca, encendiendo un cigarro.
Se te ladea el bolso, más pesado que nunca. Casi te tambaleas. No importa. Un perro se ha cruzado sobre el paso de cebra, y las rayas pacientes se arrugan, se suceden. Y las cuentas.
Más allá del semáforo sueñas con Marisol, su vida era una tómbola de luz y de color. Siempre soñaste con ello, sí, parar de pronto una escena y cantar su canción, sin más ...
Cuatro espontáneos dan palmas, se te acercan de pronto, acompañan la acción y casi todo es posible.