Señores, ¿hemos perdido el rumbo, o por decirlo en un modo castizo, nos hemos vuelto todos gilipollas? Se observa que estamos riéndole la gracia, alabando las andanzas, de un ser que se vanagloria de no haber trabajado en su vida, un tipo que (si mal no recuerdo) engañaba a sus padres para que le pagaran su piso de estudiante para él realquilarlo, en definitiva, un individuo cuyo mayor mérito es ser un ?pícaro? de la modernidad. Por favor ¿dónde han quedado nuestros referentes?
Si tuviera un hijo, de todas, todas le prohibiría ver programas donde un fulano anuncia (para después no cumplir, aunque para el caso es igual) su suicidio en directo. Mierda!!! ¿Es que todo vale? Me niego a tal banalización, Consuelo, que tanto hablas de Carlos Barral, ¿qué diría ese paladín de la intelectualidad de esto?
Si en los institutos preguntas por un escritor actual en lugar de Vila Matas te dicen Boris Izaguirre. Si la cultura está en manos de los grandes grupos. Si los que aún tenemos capacidad de discernimiento tenemos que enredarnos en semejantes cuerdas. ¿A qué punto hemos llegado?
Este artículo es breve. Es sólo una queja. Y el tema no da para más.