Fumata non fumata

Hemos encontrado la formúla para que nadie deje de entrar en los sitios de ocio, separadores para espacio de fumadores y no fumadores, a la sazón estos separadores se hacen con una serie de plantas, una cinta en el suelo, pero no como obliga la ley en compartimentos diferentes.

Opinión | 30 de noviembre de 1999
Carmen Melirene

Nadie quiere fastidiar a nadie pero desde luego el humo irrespirable de algunos establecimientos hacen imposible que personas sensibles a los efectos del tábaco puedan acceder ni siquiera a tomarse un café como no sea en una atmosfera algo dañina por no decir muy dañina para los que no soportamos el humo y terminamos fumando más que el que tiene el cigarro en la boca.

Es lógico que no se quiera aplicar la ley totalmente porque eso daría pie a que nadie pudiera fumar dentro de recintos que sus medidas no fueran las requeridas para tener separadas las zonas, y eso implicaría un desgaste en el negocio que en los tiempos que corren nadie se quiere permitir teniendo que vivir de lo que entra en su establecimiento pero si la sociedad sigue una parte echando humo y la otra tragando pronto nos convertiremos en enfermos y ya sabemos que los médicos te lo quitan todo menos la enfermedad, dicho muy recurrente por los fumadores, como el de que en la calle tambien se respira el humo de los coches y llevan toda la razón pero hasta que no aparezcan los coches eléctricos no nos queda otra que apencar con ello, todo sea por la sociedad de consumo.

Desde estas páginas animo a que entren en las páginas que hay para dejar de fumar, hay tres causas para ello:

1. es bueno para la salud

2. es bueno para el bolsillo

3. es bueno para los demás.

Nos ganaremos las obras de misericordia, y recibiremos el agradecimiento de todos los que aún soñamos con un mundo mejor.

 


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