Si no volviera a encontrar la claridad del día
dentro del laberinto de la vida
y ni los brotes tiernos en la primavera
reventaran en busca de alegría,
yo...
yo me marchitaría.
Opinión |
28 de agosto de 2009Gloria Mateo
Y quedarían secas mis entrañas
y sería sarmiento sin ternura,
espina de la aliaga,
corazón de cemento
y romero sin luna.
Pero los duendecillos en mi almohada
me dicen ?buenos días?
y salto de la cama a ritmo de una salsa,
moviendo mis caderas,
sonriendo de dicha.
El ayer ya no existe,
se marchó con la bruma.