Lo que yo veo o escucho encendiendo uno de estos programas de corazón, de Pipi Estrada dar mucha vergüenza y vale la pena escribir sobre esta persona. Pero mi mujer me dijo que el, antes era un buen periodista del deporte.
Opinión | 14 de agosto de 2009 Wolfgang Schoeffmann
Pues, la verdad es que es casi imposible imaginarse que dentro de todo este caos algún día existía algo positivo, productivo.Cuando le vi la primera vez en un programa de corazón, después de su vuelta de SUPERVIVIENTES y antes de escucharle, pensaba mira un tipoatractivo, vestido moderno. Pero luego le escuche hablando y argumentando y de un momento al otro se perdió este imagen.Es un ejemplo ejemplar, lo que puede pasar con un varón pasando la ?midlife crisis? y solo seguir a su pene. Claro no sé si lo que está siguiendo es lo que parece o es solo porque intenta conseguir o ser algo lo que no es. Una persona que declara que ha podido disfrutar 3000 mujeres, claro no sabemos si el tenia pagar por disfrutar estas mujeres o eran mujeres del nivel de Lucia Lapiedra. Que el mundo está llena de hembras y gracias a la cirugía estética, por lo menos presentables por su físico, utilizando sus cuerpos como armas, no es una novedad. Pero no debemos olvidar que un producto solo puede tener tanto éxito porque existe un mercado enorme par este producto.Me cuesta muchísimo hablar o escribir de Pipi como hombre, porque no lo parece y seria un insulto para todos los hombres del mundo y no solo esto.Que tu comparas ? Lo mío con Jimmy fue como lo de Zidane y Materazzi?es mas que un insulto. Tú pegasteun viejo provocador, cínico, que en el día de hoy solo sirve para estar en la tele y dar comentarios irónicos y gracias a ti los próximos meses en una silla de ruedas. Zidane, un gran futbolista en la final de la copa del mundo perdió control por un momento, por que un tal Materazzi, un italiano que no encontró la manera como futbolista enfrentarsea Zidane, insultando le y su familia.Lo más irónico de todo,El futbolista utilizó su cabeza para arreglar lo,y tu Pipi utilizas tus piernas par arreglar una controversia.