Tiene 30 años y todavía resiste. Lo visité por última vez hace una semana. Para mí, el buque es el abuelo y los restos del naufragio, unidos al acuario de la Barceloneta, hoy desaparecido en la modulación de la ciudad de Barcelona durante las olimpiadas del 92 y reconvertido en el Institut de Ciencies del Mar.
Somos muy pocos y un fin de saga. El apellido quedará definitivamente perdido. Los únicos varones García del Cid han tenido hijas. Es el final. Sólo nos queda el buque oceanográfico como testigo de todo los que fuimos. Al parecer se baraja un proyecto para hacer de nuevo el barco y conservando el nombre de mi abuelo. El viejo buque será donado a un museo de no se sabe dónde (un tripulante me habló de Mauritania).
"Seguimos con las expediciones, pero al buque no le queda mucho. Vaya usted a visitar ése de ahí al lado, el Sarmiento de Gamboa, que es un hotel flotante, el oceanográfico más lujoso que se pueda imaginar. Diga usted que es Consuelo García del Cid y el capitán se lo enseñará encantado. Vale la pena. Vaya usted ahora, quedara fascinada".
Me dirigí al Sarmiento de Gamboa por pura curiosidad. El capitán, Ramón Argibay, me atendió maravillosamente mostrándome un verdadero palacio flotante. El Sarmiento de Gamboa sóo tiene tres años, es enorme, sus instalaciones son impresionantes.
-Es usted gallego -le dije- como casi todos...
-Pues sí, de La Coruña. La mayoría somos gallegos o vascos.
Mire el García del Cid, que a su lado era como una vieja reliquia del pasado. Y recordé al abuelo. En el Sarmiento se encontraba la Enciclopedia General del Mar.
-Abuelo, que escribes? le pregunté yo. (Debía de tener menos de diez años)
-Un libro para un montón de libros
-No te entiendo, abuelo
-Muchos libros que serán un solo libro, separados, pero juntos, eso es una enciclopedia. Ésta se va a llamar "Enciclopedia del Mar".
El abuelo murió saliendo de dar clases en la Universidad Central de Barcelona. Un coche le atropello y falleció casi en el acto. Los alumnos salieron a la calle para limpiar todos los rastros de sangre (y era mucha) de su profesor. Para mi era el abuelo y supuso la primera muerte de mi vida. Entonces supe que era importante, muy importante, no solo para mi, sino para una ciudad entera y sobre todo, para el mar.