Los dioses hicieron el Sur y le dieron la grandeza. El sol, el mar, la montaña, la dulzura de su gente, el olor a su azahar, la magia de sus noches. En el Sur los ojos hablan, las manos juegan, la voz canta, el pensamiento se eleva, la palabra es fantasía, la imaginación hace poemas y, hasta la sombra, es majestuosa porque perfila el brillo.... un brillo siempre inacabable.
El Sur habla de viejas culturas, de mestizaje, de sabiduría... De una reflexiva melancolía junto a una alegría sin límite. Pueblo antiguo que canta a la pena y a la dicha porque ambas conviven con nosotros, aunque ellas no convivan entre sí. Sensibilidad a flor de piel.... Sonrisa y lágrima unidas cuando la emoción se manifiesta, porque....¿que más dá? si se puede llorar de alegría e intentar sonreír ante la tristeza.
Arcaica filosofía que cree en el destino y desconfia de lo inmediato..."Deja la bola rodar, que lo que quiera Dios que pase, a las manos se vendrá". Sentencia que habla de creencias atávicas, sin pulir, de siempre...... Gente que vive el día a día con entereza y mira de frente el porvenir. Con dificultades, con problemas, con apuros... pero sabiéndose con la fortaleza del que ya sufrió mucho.
Te dejo con tristeza -le digo- y prometo que volveré como si solo me separara de ti una esquina. En mi corazón estás aún más cerca y mi mente piensa demasiado en tí. ¡Es tan dificil olvidar la belleza!