Cuando el presidente Jimmy Carter llegó a la central para vivir de cerca en desastre, las autoridades ya habían parado la evacuación masiva. Estados Unidos aprobó una moratoria nuclear para no construir más centrales de este tipo dado que ya existian 100 nucleares en el país. En Alemania cayó más tarde el gobierno por el auge del partido verde que se oponía a los planes nucleares de los sociademócratas.
Es importante recordar este hecho cuyos efectos devastadores solo fueron superados por los de la tristemente famosa central de Chernobil, ya que la energía nuclear está experimentando un nuevo auge; ¿la preocupación por el clima, y la carestía de los combustibles fósiles aconsejan construir nuevas centrales nucleare?
¡No! La problemática es exactamente la misma que hace 30 años. En lugar de seguir políticas serias de ahorro energético, la mayoría de la administraciones está reconsiderando el átomo como fuerte energética. Las centrales nucleares ?operadas por empresas particulares que intentan maximizar el beneficio, a veces en contra de las necesidades de seguridad? generan residuos tóxicos, y son tecnológicamente de difícil dominio. Además solo resultan económicas porque ?de forma encubierta? están siendo subvencionadas por los gobiernos: el beneficio de la generación de energía es para las multinacionales, los residuos y todos los costes relacionados son asumidos por el estado.
Energías renovables SÍ. Sistemas serios de ahorro SÍ.
Pero esa tecnología obsoleta y peligrosa no debe ser la base energética de la humanidad.