Dale caña a esos catalanes

Dale caña a esos catalanes

Se critica mucho que en la campaña de Andalucía se aborde tanto el tema Catalunya. Pues tiene mucho sentido. 

Opinión | 30 de noviembre de 2018
Pere Borràs

Me perdonaréis lo políticamente incorrecto, pero ahí va:

Sin Catalunya, no comen. Otra cosa es que lo estén abordando de la peor manera posible, pero eso ya es cosa de la sociedad española en general, que todavía no se ha cascado de que el imperialismo por pelotas es anacrónico de cojones. Baste ver que en pleno follón del Brexit la cosa, desde una perspectiva española, aún versa sobre Gibraltar y sacando pecho.

Para los que dan carpetazo a estos asuntos con el "qué pone en tu DNI", el conflicto debería poder resolverse muy fácilmente. Se ve que no.

Pero si Catalunya terminó perteneciendo a España a base de bombardeos, Gibraltar bien podría no pertenecerle por la misma razón; y si no, que Diego de Salinas no se hubiera cagado la pata p'abajo ese memorable 4 de agosto de 1704, después de que Jorge de Hesse-Darmstadt aceptara jugar al "quién tiene la chorra más grande" y le mandara una buena colección de regalitos de esos que hacen bum al que desde ese día pasara a la historia como el último gobernador español del peñón. Lo cual tiene una gracia bendita considerando que antes de Gibraltar, había sido gobernador nada menos que de Girona mientras que Jorge de Hesse-Darmstadt era, con un par, virrey de Catalunya. Por no hablar, naturalmente, del posterior y tan esgrimido tratado de Utrecht, que si no vale para Gibraltar, tampoco para Catalunya.

Pero en el reino de la pandereta AKA is-pain, ya lo sabemos, pruebas y argumentos tienen validez solamente si interesa. Y a Andalucía, por qué negarlo una vez pasamos de ser políticamente correctos, poder seguir siendo mantenida es un interés que ya forma parte del tuétano de su idiosincrasia. Y sin Catalunya, la cosa se complica.

"Dale caña a esos catalanes", animaban el otro día a Miss Telva en plena campaña por Sevilla, que tiene un color especial pero un tufo a catalanofobia graciosamente subrayado con la presencia de un autobús que exhibe la imagen de Puigdemont y Junqueras rompiendo España y casi comiendo niños crudos sin condimentar ni nada.

Así se ganan las elecciones en España. De verdad. Se ganan así.

 


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