Entre nosotras

Entre nosotras

Te recuerdo, Assumpta. Luchando contra corriente para poder pagar el recibo de la luz, del agua, del gas. Escribiendo sin pausa. "Nadie te pagará jamás los dolores de espalda, ni las noches en blanco"- me decías.

Opinión | 21 de enero de 2016
Consuelo G. del Cid Guerra

 Te recuerdo una tarde, en Barcelona, cuando una pareja se nos acercó preguntando: "Perdonen, ustedes son del oficio, ¿verdad?" - y yo contesté: "La puta lo será tu madre". Pobres chavales, eran escritores noveles. Creían en una gloria inexistente y buscaban madrinas. Los días de vino y rosas en Sant Jordi se acabaron. Los adelantos pasaron a la historia. Los derechos de autor, siempre esperados, llegan un año después, pero si estás jubilado, ahora es que ni los cobras. " Hay que hacer un gran acto de fe. Nunca sabrás cuanto vendes, y con esto de internet, menos todavía". Escribir. Escribir. Escribir. Ser de esto, pertenecer de alguna manera, sin más reconocimientos. "Tenemos que estar en esa presentación para que nos vean". Y yo te acompañaba, hasta que me cansé. Cuantas veces corría hacia tu casa para apagar cien fuegos. Compartimos tabaco, comidas, supermercados, libros, tranquilizantes... te dije que no tiraras la toalla, y la tiraste. A editorial Planeta se le debía caer la cara de verguenza. Pero el mundo sigue, Assumpta, y con él, esta vida. La de tantas palabras engarzadas al verso, tú - que nunca fuiste poeta- tenías los pies muy en el suelo y la cabeza alta. Eras brillante, Assumpta. Mucho. Tú lo sabías y yo lo sentía. "Amiga mía, tienes una creatividad grande, enorme"- me decías.

Atardeceres en los que dábamos aquella eterna vuelta a la manzana sin que ninguna Eva pegara su mordisco. El paraíso estaba lejos, muy lejos, y lo inmediato se comía una realidad incómoda. "O cobro los derechos o voy a perder el piso". Y lo perdiste. Nadie pagó.

Favores desesperados, la última oportunidad -"nos va la vida". Escribir. Escribir. Escribir. Sin esperar que nadie comprendiera, sin buscar un solo apoyo y sosteniendo la mirada ante quien no la merecía. "Cuanto más relevante sea tu trabajo, más te van a poner verde. España es así". Te fuiste casi en silencio, sin previo aviso y con la gran desesperanza del perdedor. Pero ahí estás, Assumpta. Colgando de un recuerdo que no acierta a despedirse :

"Lo siento. Ni tú ni yo supimos hacerlo mejor. Ahora te comprendo".

(Entre nosotras/ Assumpta Roura).


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