Uno por matar al volante y la otra por blanqueo. La infanta parece que no se libra de ser juzgada, el resto de los chorizos están libres como las mariposas y yo misma no atino con el centro de los asuntos, visto lo visto. Pero vuelvo a la friki blue que hablaba de mucho follar así en público y notoria ella. Daba un juego tan sucio como el propio programa, que mantiene la audiencia, no nos engañemos. Esto de los realities es tan irreal como la televisión misma, que bajo mínimos pretende entretener tipo tablao con pretensiones. Los colaboradores, periodistas o no, hacen lo que pueden, es bien cierto, pero mi psique y yo no damos para más ante tanto mínimo. Cerebro, digo. Entre sofá y tumbona se desatan los cordones de cualquier zapato mal calzao, quiero y no puedo, en la cola del paro. De mayor me gustaría ser otra, protagonista de copla, por ejemplo, aunque acabara presa de mí misma o por algún delito añadido que puedo cometer en cualquier momento si la cosa continúa tal como está. Voy a perder las formas. No digan que no avisé.