Experiencias religiosas

En menos de una semana leo la implicación del papa en un niño desaparecido -por un lado- y que es objetivo de un atentado islamista -por otro-. Guerra de religiones aquí y alá, eche usted las bendiciones por donde corresponda, amor y paz, guerra de la que mata. Burka por burka, hay que ver cómo se asemeja al de las monjas nuestras de toda la vida, que no son malas ellas en sus totalidades.

Opinión | 26 de agosto de 2014
Cordelia Colby

Se quitaron los hábitos la inmensa mayoría por eso de la modernidad y adaptación a los tiempos, con lo que me pregunto si a sus penas puñaladas o quíteme usted el pasado en un plis plas: No pasó nada. No hicieron nada. No han sido nadie y siguen rezando por nosotros todos.

Imponer un altar es como obligarte a comer el viejo aceite de ricino que no le gusta a nadie. Asesinar por dioses por cuenta propia o ajena es matar de todas formas. Enajenación mental divisoria, el grito de altavoz, ora pro nobis, volvamos al rosario de rodillas, repitiendo una y otra vez cada misterio, ruega por nosotros. Yo no sé mucho más, excepto lo del Papa. ¿Matar a su santidad?. No lo creo. Vivimos rodeados, lo escribió la sabia de Helena Valentí hace ya tantos años..."Nosotros somos enanos, vivimos rodeados de enanos y los gigantes se esconden para reírse".

Ese rodeo de grandes sombreros, antifaces y cuerdas, cruces confusas como los catecismos. En el fondo, lo único que se mantiene puro, es el miedo.


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