Andan ya lejos del pueblo y mucho en su palacio. Luego están los que se indignan ante el olvido pero andan besando manos, los tibios de anteayer empeñados en el rojo descolorido, tanto como disimulan las canas.Ya no me creo a nadie, y menos a los teóricos que aplauden al sexto sentido por condición, por estar en alguna parte y -sobre todo- por lo de no quedar mal. Flojitos, lerdos y sin sombra, paladeando los mejores vinos y sin que la tapita les falte. Me ponen bastante enferma aunque les da lo mismo porque ya Seguridad Social no me atiende, soy muy poco importante y casi crónica en asunto de ideas. España es un desastre tan obvio que produce espasmos feos, de soledad enferma, inmensa melancolía de hemeroteca en busca de una facilidad que no es posible. Puede que nuestra generación no se repita : Vivimos dos coronaciones y un golpe de Estado. Ahora, visto lo visto, la mayoría nos conformaríamos con un pequeño golpe de suerte.