Focos

Música antigua para tu dolor. Confuso remedio con que mitigar el gemido, vas a denostar a quien sujetó tu cara en el minuto apropiado, llorabas sin fin. Al amanecer, y por enésima vez, cuando más sangrante es la espera, tienes que desplegar tus muslos para que sea él quien vocalice el sufrimiento, no habrá más manos que las suyas cuando estanques en tu corazón el titubeo y si no, duerme junto a tus muñecas de hule la resaca.

Opinión | 12 de abril de 2009
Luis Miguel Rabanal

Música antigua e inocua mientras no digas el color infausto de tus ojos, sin lágrimas ya, sin nada que ver cuando lo esperabas tanto, lo mismo que ellos. ¿No será quien no imaginas el que sorbe sin levantar sospechas de tus senos? ¿Amará contigo lo que más enrojece? Y por último, ¿serás feliz así, con las vísceras tachadas por dos o tres tritones? Leche de almendras y libros de Faulkner hasta tu retorno.

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