Los Jurado

Como una ola desatada y pocas luces, hermano, marido, cuñada e hijo, se encuentran todos en situaciones lamentables.

Opinión | 15 de diciembre de 2013
Cordelia Colby

Amador, que fue manager de la más grande, trabajó toda su vida para ella. Esfuerzo le puso poco puesto que los contratos venían solos. Rosa, la rubia peluquera, esposa de Amador, lleva diez años paseando platós. Las marujas españolas se identifican con ella, mujer de escasa cultura -por decir algo- que mantiene a toda la familia, puesto que su ya ex marido se pasea con un aspecto abandonado, casi sin techo, mientras le pone los cuernos con una tal Kelymor y la recién llegada Marisa, una copia de Rosa mucho más hortera. Anoche, la amante aventajada declaró que cuando el hermanísimo practica sexo oral le sale un herpes en la boca. Estas ordinarieces son el pan de cada día en ese programa diario que habla de "bebidas con misterio" y "frungir", todo por no decir alcohol y follar. Pero como les pille el viernes noche no se cortan un pelo y hablan de "comer el ..." sin problema ninguno. Horas y horas dedicadas al culebrón Rosa-Amador, Ortega Cano y su hijo adoptivo José Fer, con novia choni llamada Muchi. El chaval gasta episodios delictivos y mucha sustancia nasal, está preso hace ya un mes y el padre no parece tardar en acompañarle al trullo por cargarse a un conductor mientras conducía borracho.Si la Jurado levatantara la cabeza, dejaba de cantar en un plis para repartir bofetadas. Al chaval le metía en un centro de desintoxicación, al torero en la plaza por maduro que sea, al hermano en su sitio (no sé cual es, la verdad) y a la peluquera a peinar.El clan, sostenido mientras pudo en brazos de la más grande, parece sacado de una película de José Antonio de la Loma, quinquis de los ochenta.


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