Así que no es que mientas, porque mentir, no mientes, es que eres la portavoz de una panda de sinvergüenzas capaces de hacerse la víctima tras cometer tropelías criminales.
Pero para decir eso, chica, no hacía falta ni que te plantaras ante los periodistas. Voy a inventarme un ejemplo totalmente imaginario y absolutamante equivalente. En un país imaginario, llamémosle Paña, donde los ciudadanos quieren ponys voladores con los colores del arcoiris, es fácil ganar las elecciones prometiendo ponys voladores con los colores del arcoiris (sin compromiso firmado ni documento alguno, que ya sabemos que "las mentiras no se documentan") y ya una vez en el gobierno y metidos de lleno en plena violación sistemática de todas y cada una de las promesas electorales, espetar, frente a unos papeles que, fíjate tú, sí documentan ilegalidades, irregularidades, inmoralidades y sinvergüenzadas, que "las mentiras no se documentan". Pero chiquilla... ¡Que te están hablando de documentos, precisamente! Será que habiendo constatado que la gente es imbécil (al fin y al cabo tragaron con los ponys voladores con los colores del arcoiris) ya habéis puesto el turbo a la máquina de afirmaciones para idiotas. Está que echa humo, la pobre.
Pero yo, que queda mal que lo diga, pero no soy imbécil, voy apuntando cosillas y me hago mis listas. Aquí tienes una:
Promesa: No más IVA. Hasta una campaña de recogida de firmas, hicísteis.
Realidad: En un plis subimos del 18 al 21%. OLÉ.
Promesa: Ni un euro a la banca.
Realidad: No. Ni un euro, no. Todos (Bueno, menos los destinados a sobresueldos y tauromaquia). OLÉ
Promesa: No recortar en educación.
Realidad: Se ha recortado tanto, tanto, tanto y tanto, que muchos estudiantes ya han tenido que dejar los estudios y ponerse a... ¿trabajar? Pues tampoco, hija, tampoco, porque...
Promesa: Reducir el paro.
Realidad: El paro batiendo records. OLÉ.
Promesa: Bajada del IRPF.
Realidad: Nada más investido Rajoy presidente, lo primerito que hizo fue subir el IRPF. OLÉ
Promesa: No aprobar una amnistía fiscal.
Realidad: Montoro aun debe tener pesadillas frente al hecho de que se le recordará por su amnistía fiscal "medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas" (maestro del eufemismo humorístico donde los haya, el tío) hasta el día de la muerte de sus tataranietos. OLÉ
Promesa: No abaratar el despido:
Realidad: Reforma laboral que permite abaratar el despido "flexibilizar el mercado laboral" (genios, que sois unos genios) con apenas 20 días de indemnización.
Promesa: No habrá copago para los medicamentos.
Realidad: Los pensionistas, esos tíos montados en el euro a los que les sobra la pasta, cascando el 10% de la medicación, ese lujo... Alrededor del 17% de ellos han tenido que renunciar a alguno de sus medicamentos. La idea no está mal pensada, porque así, como se mueren, ya no hacen tanto gasto en la Seguridad Social y puede recortarse más ¿verdad? OLÉ.
Promesa: No bajar el sueldo a los funcionarios.
Realidad: Fuera paga extra, aumento de horas de trabajo y reducción de días libres. OLÉ.
Y hay muchas más ¿eh? Muchas. Pero me podría pasar el día y tengo que atender otros asuntos. Ya puestos, podíais haber prometido ponys voladores con los colores del arcoiris. A estas alturas, ni se hubiera notado la diferencia.
Lo que me pregunto, María Dolores, es que si tras sumar tamaña colección de embustes ahora salen a la luz tan graves evidencias de corrupción y "sinvergüencez"... ¿Por qué no estáis en prisión? ¿eh?
Me imagino la respuesta si algún periodista osara formular semejante pregunta:
"Los centros de reclusión no voluntaria para sujetos sometidos a un alejamiento de responsabilidad y ejecución de medidas equivalentes a lo opuesto de lo dicho se van a rehabilitar para albergar ponys voladores con los colores del arcoiris y consecuentemente no pueden ser empleados para el albergue de los titulares de comportamientos distintos a los descritos en el código penal cuando se trate de miembros del gobierno y personas cercanas, mantieniendo su ocupación en la generación de subterfugios para la generalidad de la población". O lo que es lo mismo, "No vamos al trullo porque como sois idiotas... tu sabeh..."
¡Dí que sí, campeona!