Berlusconi se va con jóvenes de verdad, con bellezas de verdad. Reconoce la naturaleza del negocio y no se engaña con delirios de seductor senil, de galán de merendero que cuenta chistes de Arguiñano. No me extraña que millones de italianos le voten. Por lo menos es inteligente. Nosotros no tenemos tanto nivel ni tanta suerte. Solo tenemos a Corinna y a los chistes de Arguiñano, que vienen a ser lo mismo.
Corinna va a fiestas de anuncio de Ferrero Rocher pero ella misma parece sacada de un anuncio de Mirinda, de Rexona no te abandona. De busco a Jacqs y de cuate, aqui hay tomate. Entre su ínfima realidad y sus pretensiones, sus aires y su tonteria hay un contraste tan chocante que resulta casi enternecedor. Al final va a ser verdad que es entrañable.
El chantaje, como otros, saldrá bastante bien. Estamos en crisis Corinna, no te lo pulas en casinos. Y no vayas al de Torrelodones que luego la gente habla mucho.