Resulta que, con el beneplácito del ayuntamiento de Arroyo de la Encomienda, IKEA tuvo la genial idea (con el fin, supongo, de resultar más chachi a sus futuros clientes) de regalar una miniatura de la placa con el nombre de la calle a 10 de los participantes que eligieran dicho nombre. El más votado (por goleada, con un 54,3% de los votantes) ha sido este tan divertido. Curiosamente, en este caso, no se han hecho el sueco y aceptan, no sé si gustosamente, el democrático resultado.
José Manuel Méndez, el alcalde del lugar, ya ha dicho que el nombre se aprobará por decreto de alcaldía sin que sean necesarios más trámites.