Tiempo que es oro líquido que baña mis horas, tiempo que me quema, que me falta, que no perdona.
Tiempo de despertar y dormirme bajo el agua, que congela mis días y destroza las horas, que comparto que celosamente reservo.
Tarde para hablar y pronto para decir muchas cosas, que mis pasos siguen sin llegar a ninguna parte, que todo cuando me rodea es humo que pinto a pinceladas de acuarela.
Que sigo en el mismo lugar sin avanzar, que mi cuerpo será polvo cuando dejen de escribir estos dedos.
Tiempo maldito, que censura mis segundos, que palpita inseguro de un mañana, tiempo que me hizo amar y odiar, tiempo que me deja a oscuras, tiempo para ir cayendo poco a poco, para comerme las ganas, para atarme las manos.