Bebiendo a sorbos

Esta noche vamos a brindar por los caídos, por los sueños fallidos, por las falsas alabanzas y por los muertos senderos de cariño.

Esta noche casi todo nos acompaña, soledad está en camino, las luces apagadas, copas sin victorias pero con un buen vino, vil dedicatoria en muros de vinilo, inmoral la memoria grabada en el contorno de su gloria y una niña en el balcón que canta a la derrota de aquellos que se quedaron en un rincón bebiéndose la última gota de color en una vida sin amor.

Opinión | 22 de noviembre de 2011
Cristina Sánchez Hernández


Ya ves, aquí lo escribo, que todo en cuanto veo se ha quedado gris, que hasta los labios de terciopelo se quedan sellados sin besar, que hasta los ojos más azules se secan de tanto llorar.

Hoy bebo en un bar, dejándome caer, dejándome llevar, buscando conversación en los posos del café y buscando el placer del ron bajando por la garganta, secretos y placeres que encontré en noches amargas.

El reloj marca las tres y al minutero se le escapan las horas, se derriten vidas tras la pared en el burdel de la esquina, y se quejan quienes despiertan solos sin nadie al lado, yo sigo bebiendo y contando verdades y por eso bebo en copas sin victorias pero con un buen vino, vil dedicatoria en muros de vinilo, inmoral la memoria grabada en el contorno de su gloria y una niña en el balcón que canta a la derrota de aquellos que se quedaron en un rincón bebiéndose la última gota de color en una vida sin amor.

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