No place

No queda tierra para tapar los huecos, inundados por la lluvia que cae en aspersión, en mi, el vacío se ahoga, y se anegan los desiertos que creía haber visto arder, la vida es áspera y me quema en las manos, sus mentiras son miles de preguntas que aún, no han encontrado respuesta.

Opinión | 18 de noviembre de 2011
Cristina Sánchez Hernández

La desolada luna, que creíamos inmortal, ha desistido y se ha echado a llorar, por vernos enfrentados unos contra otros, por no reconocernos cara a cara, por olvidar demasiado pronto, por desistir tan temprano.

Se muere la hierba verde y ácida que tanto hemos pisado, y se mueren las almas que han ido naufragando, se ha perdido la costumbre de quererse ,y el miedo se ha apoderado de quienes aún pretenden amarse.

Extiendo el brazo y mi mano ya no recibe respuesta, tansolo de vez en cuando una puñalada trapera, y no de aquellos que me odian, sino de mis propios anhelos, que atornillan en mi memoria todo lo que no quiero.

Nos hemos convertidos en guardianes de nuestros secretos, en sombras que a contraluz persiguen sus recuerdos, somos lo que no queremos ser, y no hay lugar, no hay lugar en que me encuentre a mi misma.


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