Niveles de comunicación humana

Hay dos hechos de esta semana que me animan a escribir hoy. Uno es un email que advierte que si llueve debemos llevar paraguas o impermeable porque las explosiones nucleares en Japón hacen posible que hayan partículas radiactivas en suspensión en la atmósfera y tengan consecuencias negativas para todos. Otro fue la claridad con que una mujer dijo, en un grupo de Ecología Humana, que estaba empezando a sentir que quizás la esencia del ser humano sea la relación y unión con otros seres, a pesar de que la mente nos hace seguir creyendo que estamos separados como individuos aislados.

Opinión | 18 de abril de 2011
Juan Antonio Saavedra

Ambos hechos me hacen pensar en que estamos más unidos de lo que a veces creemos y que hay varios niveles de relación entre los seres humanos, que podemos situar en el territorio, que en Ecología Humana definimos como nuestro entorno material, y en el espacio, que representa nuestro entorno no material donde están los contenidos mentales y emocionales.

Un primer nivel es la relación en el territorio, en la que nos sentimos sólo masas o cuerpos separados que se mueven y realizan interacciones o intercambios de cosas físicas: yo te doy euros y tú me das un producto que vendes, yo te doy la mano y tú me das la tuya, yo te doy un abrazo o un espermatozoide y tú me das otro o un óvulo para así tener descendencia.

Un segundo nivel es la relación en el espacio, en la que nos sentimos sólo mentes o yoes separados que realizan interacciones o intercambios de informaciones, de afirmaciones, de descripciones, de repeticiones. Aquí podemos incluir leer la prensa, ver la televisión, explicar una lección en clase, hacer un examen o hablar de si llueve o hace sol.

En este nivel, al creer que no hay más niveles de relación, existe el riesgo de estancarnos en círculos viciosos: uno domina y otro se somete, uno se impone y otro se rebela, uno sobreprotege y otro se aprovecha, uno da consejos y otro no asume su parte de responsabilidad. Con frecuencia buscamos socios para abusar de otros, para sobornar a otros, para quejarnos de lo mal que está todo o para rebelarnos como adolescentes sin causa.

En el tercer nivel nos relacionamos en un territorio y espacio común, creamos un contexto de comunicación en el que nos sentimos seres humanos únicos y diferentes y donde nos ayudamos a crecer al máximo de nuestro potencial desde la libertad, la igualdad y la honestidad. El sentido de este nivel, que implica un salto de conciencia, es aumentar continuamente la confianza mutua, a pesar de las diferencias, y ayudarnos a satisfacer cada vez mejor las necesidades de cada uno como ser humano. Es apasionante sentirnos unidos para establecer y cumplir límites o reglas de juego, defender la justicia y denunciar injusticias, exponer hechos o problemas y negociar las mejores soluciones, protegernos y animarnos unos a otros, compartir nuestra creatividad y las emociones racionales.

Los niveles de amor, bienestar y felicidad en este nivel son tan intensos que en el cuarto nos retiramos a nuestros aposentos a re-crearnos y encontrar tiempo cada uno para disfrutar en su propio espacio, de la satisfacción que sentimos por los resultados subjetivos logrados, y en su propio territorio, del placer que sentimos por los resultados objetivos logrados.

En el quinto nivel, que podemos llamar de conciencia planetaria, nos encontramos muchos seres humanos disfrutando de un espacio común lleno de creaciones y transformaciones continuas, de conversaciones permanentes en una cultura actualizada, gracias a un aprendizaje transformacional y una educación a favor del Ser Humano, que nos ayuda a sentirnos multiversos ecologizados y en continuo cambio expansivo o centrífugo y conservador o centrípeto. Aquí la comunicación sirve de base al amor a la humanidad.

 


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