Cambió el status político, gracias a la madurez, tolerancia, sensatez, honradez (palabra super excluida del diccionario por ser incompatible con la manera de proceder de demasiadas personas, de diversos ámbitos de la "suciedad", no solo los pseudopolíticos que hibernan en la geografía nacional), y entonces necesidad, que albergaban en el ánimo de los españoles. Superado aquello, la "tremenda" transición con todo lo que ella conllevó, resulta que la península está peor y, lo que es más triste, en las mismas manos. Entonces, Alemania y Francia nos repudiaban por el régimen, y ahora nos chulean y dirigen con nuestro consentimiento por un puñado de euros.