Me refiero a todas aquellas que cuestionan melenas más allá de los cuarenta, por ejemplo. Pendientes determinados. Indumentarias retro, barrocas o simple.Mente atípicas. Bolsos originales. Caras lavadas, canas que se exhiben sin vergüenza, manos no recatadas y rostros sin retocar. Multitud de detalles que posan lo distinto. Tal vez ?incluso- un libro. Cualquier cosa es el caso para mirar : Mirar de arriba abajo con córnea militar, fuera de línea, posible e imposible. Trata de una sección femenina que no ha muerto y condena cualquier elemento discordante. Su impertinencia es tonta, no transcurre en exceso. Sin embargo hay miradas que nacen más allá del útero materno. Desligadas del limbo y acostadas, febrosas, cuando acude un sudor que no se corresponde con esa vida hecha, estrecha y merecida. ?Como Dios manda?, dicen. Y en esos mandamientos no se concede mucho. No hay boleros. Lo seco es la razón y cotidiano el tacto que toca sin rozar. La maldad de su envidia, los cien metros cuadrados mas fiestas de guardar. Ojeras extendidas, marca de noches tristes y algún despertador para saber la hora que no marca el telón. Su secreto está dentro de esa estampa perfecta que se añade a los días sin que suceda nada. Un momento, quizá. Es un instante turbio que revuelve esos pozos haciendo turbulenta una mañana más. Sucede con cualquiera que por varón se tercie tan diferente al suyo. Un saludo. No está. Los ojos se distraen hacia el mayor océano de deseo salvaje que haya parido madre. Se pierden. Agujeros de mármol se posan, bajo vientre, provocando la urgencia. Desatadas. Tremendas. Sin saber qué decir , pero dispuestas. Ocurre. Es posible de pronto, en el cuarto de baño, y sin hablar. Apostadas al potro ocasional de una lujuria breve. Arrepentidas muchísimo antes de pecar, porque su Dios extraño, a medida menuda tan religiosa.Mente, no concede el espasmo que acaban de tener, o no tener, o conceder ?de lejos- la posibilidad de un cetro con forma de prepucio.
Traicionadas sin cargos, su conciencia divide fantasía irreal. ?No sabía lo que hacía?, o
?es que bebí demasiado?.