Las últimas lágrimas de un chorizo

Ya en 1983 estuvo preso en la cárcel Modelo de Barcelona por fraude inmobiliario en Renta Catalana, en el que dos amigos suyos estaban en el ajo: Trias de Bes (que fue diputado del PP) y Molins. Pero bueno, quítenle allá esas pajas y pelillos a la mar, no pasó nada, total, unos mesecillos de trullo y de vuelta a casa con su discreto encanto burgués.

Opinión | 21 de septiembre de 2009
Consuelo G. del Cid Guerra

Fèlix Millet Tusell, el hombre de la gran estafa catalana -que nosotros, cuando lo hacemos, es a lo grande- como presidente del Orfeó Català y el Palau de la Música. Se habla de una "apropiación", es decir, churrimangueo chorizo, de diez millones de euros, asunto conocido desde los albores veraniegos, con entrada de Mossos incluida (más educaditos que cuando lo del plan Bolonia, eso si) en el emblemático Palau, para realizar un registro judicial que confirmo el asunto. Hacienda somos todos, pero en este caso, Millet es mucho Millet.

Este nacionalista de lujo lo tenía todo para ser alguien. Alumno de Virtelia, escuela "seballuda" donde las haya, separatista y pija. Llegó primero al cargo del Orfeó Català con gran alegría por parte de todos los socios de una entidad que hacía aguas y con importantes deudas, y a un Palau de la Música hecho polvo e hipotecado. La realidad es que supo levantar ambas cosas, poniendo en marcha acuerdos públicos y privados que salvaron la continuidad del Orfeó y ampliaron el egregio Palau a cargo de Oscar Tusquets.

El propio Fèlix Millet ha reconocido haberse gastado 3, 3 millones de euros de las cuentas del Orfeó y el Palau (ha devuelto una parte) aunque el agujero no se corresponde con lo declarado por el señorito puesto que se habla de diez millones de euros con los que, supuestamente o no, el interfecto, socios y colaboradores, han reformado sus casas, han viajado placenteramente allá donde les ha parecido, mas gastos familiares, personales y otros quizá no confesables y menos publicables. El tema es que por ahora ni ingresará en prisión, que para eso ha reconocido sus "errores" (esperen unos años, cuando esté presidiendo cualquier otra entidad, porque se convertirá en eso, un pequeño "error", y muchos dirán que simplemente se "equivocó", con un par de narices).

Y es que aquí de estos tenemos muchos, mire usted. Yo conocí a un señor que desayunaba temprano, muy temprano, en el Jockey de Enric Granados. Se escondía en el comedor del fondo con dos guardaespaldas como armarios y el Mercedes aparcado delante, con su correspondiente chofer, faltaba más, esperándole. Este señor era legalmente insolvente porque para eso había alzado todos sus bienes: para continuar siendo uno de los hombres más ricos del país (España). Estaba en régimen abierto y yo me preguntaba entonces con qué cara entraba a dormir a su chabolo de la Modelo. ¿Le llevaba el chofer, le acompañaban los guardaespaldas hasta la puerta, se quitaba los gemelos de oro? Dicen que la cárcel es igual para todos pero yo no me lo creo. Del mismo modo que pasado el tiempo resumen la cosa como "una equivocación", puede que pidiendo las cosas por favor consigan un trato "de favor" gracias al peculio o simplemente por la cara. "Usted no sabe quien soy yo", eso ya no vale, claro, porque se enteran hasta las moscas. Pero una gran mayoría le espera a la salida para morder el polvo o rescatar los restos del naufragio pendenciero. Ellos, los chorizos de élite, se mezclan con el lumpen descubriendo no ya otro mundo, no: otra galaxia, otro estado civil y otro planeta. En cualquiera de los casos son siempre superiores y están por encima de todos ellos. Porque hasta en la hora de ser libres su diferencia está marcada, que no es lo mismo el que sale con dos bolsas de basura llenas por equipaje y algunos euros sueltos para el metro que el del Mercedes con chofer.

Pero volviendo a lo nuestro, Millet, destituido como presidente del Orfeó y del Palau, cesado asimismo como presidente de la Agrupació Mutua y de Bankpime (Banco de la Pequeña y Mediana Empresa), y de la vicepresidencia de la Fundación del FC Barcelona, no entrará por ahora, en prisión. Es como Madoff pero en pequeñito. Música, Seguros, Banca y Fútbol... ¡Si lo tenía todo!

En fin, probablemente agotado, cazado, humillado, deprimido y perdido, las últimas lágrimas de un chorizo.


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