La independencia de Catalunya

La independencia de Catalunya

El problema de la lengua castellana es que es una pobre puta en manos de sus chulos, los políticos. Le pasa como a la democracia. Ellas no querían prostituirse, pero las prostituyeron. Acabo de buscar "referéndum" en el diccionario de la RAE. No hay, en la definición, apunte alguno acerca de las competencias de convocatoria. Será cosa legal, porque lo que es semántica, se trata de un caso de flagrante prostitución del lenguaje.

Opinión | 14 de septiembre de 2009
Pere Borràs

Es cierto que hay ocasiones en que la RAE se pasa de sofisticada con lindezas de la altura de "cederrón", pero basta contrastar el hecho de que "CD-ROM" es un neologismo con que "referéndum" no lo es tanto. Wink

Nacionalistas españolesLa consulta que se ha hecho en Arenys de Munt, esa pacífica y tranquila cuya placidez solo se ha visto ligeramente manchada por la ridícula, casi imperceptible, aparición de unos pocos falangistas que han ido expresamente a molestar (o a ratificar alguno de los motivos que sirven para entender el porqué de la consulta) entonando el "caralsol", no es un referéndum pero porque lo dicen algunos políticos, no la lexicología.

Si los políticos se ponen a definir lo que significan las palabras, digo yo: ¿No deberían quejarse los lingüistas por tamaño intrusismo laboral?

Si al final se prohibe la prostitución en la calle: ¿Podrán enchironar o multar a dichos políticos por prostituir el castellano?

Sea cual sea la conclusión a la que se llegue, al menos en Arenys de Munt que es donde se ha realizado el "experimento", un 96,3% de los votantes ha respondido, urna mediante, a la pregunta "¿Está usted de acuerdo con que Catalunya se convierta en un Estado de Derecho independiente, democrático y social integrado en la Unión Europea?". Para más datos, el peso, en Arenys de Munt, porcentualmente, supera al SÍ español a la aprobación de la constitución española de 1978, que obtuvo un 88,54%. En otras palabras, en Arenys de Munt, la independencia de Catalunya es más democráticamente legítima que la constitución española en España. Exactamente un 7,76% más legítima. No estoy hablando de ley, estoy hablando de legitimidad. Los que quieran, que hablen de leyes; yo ya estoy lo suficientemente decepcionado como para hacerlo.

Quisiera anotar, también, por si a alguien le sirviera de orientación en lo que a éstos temas se refiere, que de todos los referendos que han consultado acerca de la aprobación de los distintos estatutos de autonomía para el País Vasco, Galicia, Andalucía y Catalunya (o sea, todos los que se han hecho desde 1979), ésta última es la que obtuvo, el pasado 2007, el menor peso para el SÍ (si bien en todas el SÍ fue el indiscutible vencedor). Sí, lo he escrito bien; el menor. Vascos, gallegos y andaluces ofrecieron mayor apoyo a su estatuto de autonomía que los catalanes.

España, tan grande, tan libre y tan "different" a los ojos de uno de sus principales ministros franquistas, Manolo Fraga, y de muchos otros entre los que me incluyo, no gusta a una parte de sus componentes legales, los catalanes (ya ni me meto en el país Vasco o Canarias, que no veas la de pintadas independentistas que se ven por Canarias) que prefieren ir a su bola, lo cual no me sorprende ni lo más mínimo, y hasta lo aplaudo, lo comparto y me llena de un orgullo y una satisfacción absolutamente sinceras, republicanas y nada navideñas.

Y como los catalanes están convencidos de estar pagando los desbarajustes económicos de España, y el resto de España sigue convencida de todo lo contrario, mi pregunta es la siguiente. ¿Por qué no el divorcio? Seguir casados a disgusto no es agradable y una separación pacífica es mejor que una convivencia incómoda.

Pisos de 30m², banderas de 300m²Mi madre me comentaba, hoy, divertida, su observación acerca de mi cambio de postura con el tiempo. Yo antes no era independentista y ahora sí lo soy. Nacionalista, eso sí, no lo he sido nunca. Los nacionalismos son la peste. Por eso no entiendo esa manía de ver quién la tiene más grande (la bandera). Gana España, como todos sabemos, y basta darse una vuelta por la Plaza Colón de Madrid para contemplar la evidencia. En los casi 300m² que ocupa la superficie de la bandera española que ondea en lo alto del mástil de dicha plaza (preciosa, todo hay que decirlo) a mayor altura incluso que la estatua que le da nombre al lugar, cabrían hasta 10 de las famosas y polémicas viviendas de entre 25 y 30m² que a la nada popular (de partido) exministra de la vivienda, María Antonia Trujillo (con despacho de 77m²), le parecían tan razonables, y aún sobraría espacio.

Naturalmente, mi madre simpatiza al 100% con los catalanes que demandan, pacíficamente, la independencia del que consideran su país, aunque legalmente no lo sea. Supongo que será porque los conoce pues ella, de hecho, catalana no es, sino canaria. Pero ha vivido en Catalunya (ahora vive en Canarias otra vez) y se sorprende de la impresión que se tiene de los catalanes en el resto de España. Es la diferencia que hay entre hablar de algo que se conoce en persona y hablar de algo que se cree conocer por lo que te cuentan otros. La ignorancia, dicen (yo creo que con razón), es osada y tiene mala leche.

Con una España nacionalista y una Catalunya independentista, el divorcio es la salida más civilizada. Y lo digo totalmente en serio. Si los catalanes caemos mal, y los catalanes caemos mal, y no me digan que no, porque los catalanes caemos mal, que yo lo he visto, no seamos hipócritas por favor: ¿a qué vienen tantas ganas de decir que los catalanes son españoles? ¿Son ganas de molestar? ¿Es que nos hemos vuelto locos? ¿Sádicos, tal vez? Si ése es el problema, pues escindamos Catalunya de España y se habrán acabado las discusiones sobre temas tan absurdos como la enseñanza del catalán en las escuelas, las banderas que se ponen o dejan de ponerse en los ayuntamientos, y demás tonterías (porque son tonterías) que consumen en los juzgados el poco dinero que le queda a éste país grande y libre (qué bien suenan: graaaannnnnde, liiiibre. Preciosas. Como palabras, no tienen precio).

Me pregunto a qué viene la reticencia a realizar un referéndum. ¿No será que se sabe que el resultado desembocaría en una situación sociopolítica que impediría seguir usando el enfrentamiento nacionalista con fines electorales? Pues tal vez.


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