De fakes, horteras y consentidos

De fakes, horteras y consentidos

De los periódicos que publican desde una supuesta "certeza" basada en fuentes oficiales, a las fake news, va un abismo.

Opinión | 05 de marzo de 2020
Consuelo G. del Cid Guerra

Y es en ese agujero negro tan jaleado en redes "sociales" donde se agita la masa, fascinada con sus ejercicios conspiranoicos fantasmales, donde se engendra el bulo: una bola de nieve que aumenta por segundos, compartida hasta la saciedad, enmarcada en colores con faltas de ortografía que dañan la vista.

Linchar a una persona resulta muy sencillo; como elevar a la gloria al friki último que permanece autograbado a diario porque no tiene otra cosa que hacer.

Las filtraciones de unidades policiales adscritas a los Juzgados son algo habitual: dato incendiario que largo para los amantes del disparate, que utilizarán de inmediato, en busca de algún planeta, profecías de Nostradamus o asesinatos varios. Criminalizar es facilísimo: la especialidad de VOX en todos sus ámbitos, que aprovecha los errores de esa izquierda oficial recientemente fallecida: en paz descanse.

Sujetos como el de "las tribunas", quien tras calumniar a todo bicho viviente fue detenido y se ha largado de España no sin dejar un discurso al más puro estilo franquista. Pluma tenía el tipo, a su manera, pero se reconoce, pese a sus "padrenuestros" públicos en lamentables actos que insistió en llamar "congresos". Y es que  para todos estos trepas, bajar una escalera es "hacer una gestión" y aliviar sus urgencias biológicas sólidas en el water "cerrar una operación".

Son jefes de sí mismos, apóstoles del analfabetismo cuartelario que unen para ser seguidos y se nutren de las visitas cibernéticas a sus infectos periódicos digitales desviándolas a páginas porno. Pero cualquiera de sus fieles seguidores, jurará que es mentira. 

Ahora se ha creado otro tipo de cierre digital para publicar lo que se tercie -que no lo que acontece-, y según la tendencia. Y así se vomita el fascio, así se expande y comparte disfrazado de un buenismo que pasa por la palabra de Dios. Mesías recién llegados, políticos que se sueñan, líderes espantapájaros y despachos que no existen excepto en su imaginación. Llegados a este punto, y mientras se compartan noticias ni siquiera leídas más allá del titular, dándole al "me gusta" por demás, la información llora su defecto, cuyas fuentes oficiales moderadas ni siquiera se mojan, y -en consecuencia- no es de extrañar esta cruzada hortera, tan alarmante como consentida. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu insano. Amén.


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