El Ministro de Universidades, Manuel Castells, se presentó en el Senado vistiendo una camiseta que reclamaba la igualdad de derechos. Un atuendo que despertó la mofa de Rafa Hernando.
Hernando no ha sido el único en prestar más atención al atuendo de Castells. Otros, como Santiago Abascal, también lo han hecho, y parece existir un patrón que relaciona las reacciones a la vestimenta del ministro con la potencia intelectual que se aplicaría no solamente a este caso sino que sería generalizable. A más impedido mental eres, más te mofas de aquél a cuyo nivel no puedes ni soñar acercarte.
Pero lo cierto es, en este caso, que tanto Hernando como Abascal se distinguen por tres rasgos en común:
Tres rasgos, dos de los cuales (el uno y el dos) entran en flagrante contraste con el Sr. Castells.
El uno, porque el Sr. Castells tiene más doctorados y distinciones que trajes acumulan los otros dos juntos.
El dos, porque el Sr. Castells es autor nada menos de que 26 libros (de ámbito académico, no autobiografías ni memeces), traducidos a 23 idiomas, y es el erudito en comunicación más citado del mundo. En Francia, donde se tuvo que exiliar, se convirtió en el profesor más joven de la Universidad de París. Después de eso, ha dado clase en 45 países.
Al respecto del tres, al señor Castells se lo ha podido ver perfectamente trajeado cuando la ocasión lo requería. A la ópera, va con traje. Es una muestra de respeto. Pero para ir al Senado, avispero de mangantes, el respeto puede quedarse en casa. Y ha aprovechado para vestir de forma mucho más apropiada, con una camiseta que reclamaba la igualdad de derechos, un tema importante y que se iba a tratar en la sesión. En cualquier caso, y en referencia al punto dos, el Sr. Castells, si así lo desea, puede ir con la chorra fuera.
Y es que si la indumentaria del Ministro, sociólogo, economista, investigador y profesor universitario provoca las risas de Rafa Hernando, lo cierto es que el currículum del segundo podría, sin problemas, provocar el llanto del primero. De pura pena.
Para Abascal, todo eso no importa. Lo importante es si llevas chándal.