Yo también me cago en Dios y en la Virgen

Yo también me cago en Dios y en la Virgen

Como consecuencia de cagarse en Dios y en la Virgen en apoyo al Coño Insumiso, Willy Toledo se sienta en el banquillo.

Opinión | 17 de febrero de 2020
Pere Borràs

En 2017, la Asociación de Abogados Cristianos presentó una demanda contra Willy Toledo por tocamientos sexuales a menores… no… espera, me he confundido. Eso no los ofende, eso lo hacen “los suyos”. Corrijo: por cagarse en Dios y la Virgen. Pues hoy lo han sentado en el banquillo.

¿Sorprende? No. ¡Qué carajo va a sorprender!

No puede sorprender que los representantes legales de una secta que lleva milenios exhibiendo como símbolo de identidad lo que no pasa de ser una herramienta de tortura, miren hacia otro lado cuando una cantidad nada desdeñable de sus representantes espirituales le rompen el culo a menores indefensos, pero se ofendan si alguien se caga en un ser de ficción y en la embustera -de haber existido- que dijo haber sido preñada por una paloma que encarnaba al primero.

Sí. Ya sé que son cosas distintas. Pero es que resulta que ambas están sobre la mesa y también ambas los interpelan. Luego ya cada uno decide en qué centrar su atención, en base a lo que le parezca más importante.

Se puede entender que las manifestaciones de Toledo hayan podido molestar a alguien, pero llevarlo a los tribunales por ejercer un derecho básico como lo es la libertad de expresión va más allá de lo desproporcionado. Es surrealista.Y más cuando se piden no solo multas, sino penas de prisión.

Si todo aquél que alguna vez se ha cagado en Dios y en la Virgen terminara en los tribunales, estos no darían abasto. También hay que admitir que a lo mejor pasaría lo mismo si se sentara en el banquillo a todo miserable que, vistiendo alzacuellos, ha abusado de los niños a su cargo.

Como es habitual cada vez que la sociedad asiste a un circo de estas dimensiones, la red social Twitter se ha llenado de mensajes, unos indignados, otros guasones, sobre las declaraciones del actor. Así, por ejemplo, con ánimo de quitar hierro al asunto, desde su cuenta, Dios, ha optado por cagarse en Willy Toledo y a dar carpetazo al asunto por “empate y absolución”. Por su parte, el prolífico autor de tweets Arturo Pérez-Reverte, que me tiene bloqueado desde que le corregí una falta de ortografía, jajaja, se ha puesto su traje de Voltaire con una tan presta como condescendiente apología a la libertad de expresión. Lo ha llamado “miserable”, cierto, pero al menos ha defendido su derecho de insultar al altísimo.

Me pregunto cómo reaccionarían los denunciantes si oyeran blasfemar a un amigo de mi padre, que emplea una expresión bastante escatológica cuando se caga en la leche que mamó el niño Jesús.

La fiscalía, que en su día también abogó por encausarlo, ha terminado reculando y ahora pide la absolución.
 


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