El núcleo irradiador y los sectores aliados

El núcleo irradiador y los sectores aliados

Como era de esperar, un tuit lúcido, no demasiado complejo de entender si se le dedican un par de segundos, ha convertido las redes sociales en un hervidero de burlas.

Opinión | 21 de junio de 2015
Pere Borràs

Esta vez le ha tocado a Íñigo Errejón, por su tweet "La hegemonía se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales. Afirmación - apertura", que se ha convertido en trending topic.

Aunque el mensaje puede parece críptico a primera vista, en realidad no se trata de nada del otro mundo. Tal vez no sea la forma de expresarse más común, pero alguien como Errejón no es común, por lo que no debiera sorprender su forma de expresarse. Es alguien lúcido, como los resultados de su trayectoria revelan, y tal vez cause sorpresa la abstracción de sus pensamientos, pero ni es estúpido, ni es arbitrario.

Analizar el tweet que ha provocado tal revuelo no lleva demasiado tiempo. Como politólogo que es, se limita a volcar una conclusión de sus observaciones sobre la realidad política que, a la vista está, se expresa sobre esta afirmación.

Como sucede a veces, la explicación expresada en palabras resulta más larga que la simple asimilación de lo obvio, pero voy a explicarlo de todas formas para que no quede duda de lo elemental de su afirmación.

Desde el 15-M (núcleo irradiador), hemos sido espectadores del nacimiento de numerosas formaciones políticas nacidas en su seno pero de algún modo independientes aunque relacionadas (sectores aliados laterales), que son diferentes por los matices de su naturaleza (tensión) a pesar de su origen común. Esta tensión, normal por sus diferencias, se mantiene unida gracias al núcleo irradiadior, y en esta tensa unión nace su hegemonía (ahí están los resultados de las últimas municipales). Como se puede ver, ningún dislate. Queda por ver el final del tweet ("Afirmación - apertura"). Lo de afirmación es fácil de explicar. Es una afirmación. Punto. La realidad está ahí. Existe el núcleo irradiador que es el 15-M, existen los sectores aliados laterales que son las fuerzas que giran a su alrededor y existe la tensión natural entre un cimiento común pero abstracto y las distintas proyecciones resultado de los matices concretos nacidos de la objetización del principio universal que inició el 15-M como núcleo irradiador. Como fenómeno emergente, una nueva hegemonía, a la que se hace referencia, nace de esta tensión que no termina de romperse por mucha leña que se la haya echado al fuego. Una hegemonía, hay que decirlo, valiente y de gran fortaleza desde el momento en que se impone a la hegemonía pretérita que contaba con la inercia del hacer político que imperaba hasta ahora. Lo de apertura, y aquí ya me aventuro, presumo que hará referencia a su intención de usar esa síntesis de la nueva realidad política para inicar un discurso o lo que fuere.

¿Y entonces? ¿Qué ha pasado? Ha pasado lo que tantas veces ha sucedido a lo largo de la historia. Una nueva forma de ver las cosas, una nueva perspectiva, un nuevo paradigma más cercano a la realidad, ha chocado con los prejuicios del momento y el resultado, demostrando que la naturaleza humana no cambia, ha desembocado en la ridiculización de un pensamiento lúcido que (al tiempo) terminará imponiéndose por la sencilla razón de que es correcto.

A raíz de un comentario de 135 caracteres, los usuarios de la red, sin pudor alguno, se han permitido diagnosticar desde estupidez hasta cursilería, pasando por pedantería y demás lindeces, sin detenerse a dedicar menos de un minuto a comprobar si el objeto de su diagnóstico realmente tenía sentido o no, solamente por cómo se veía a primera vista.

Pero si hay algo cierto, y ahí están los resultados para dar buena cuenta de ello, es que la hegemonía se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales.


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