Que España decidiera enviar a los países afectados por esta terrible enfermedad a un ejército de religiosos (a diferencia de Cuba, que envía personal médico, cada cual gestiona estas cosas como mejor cree, ¿verdad?) es si acaso cuestionable, pero bueno... Que luego decidáis volver a traerlos una vez infectados, tal vez pueda dar la impresión de que al fin y al cabo somos muy humanitarios y contamos con los conocimientos, medios y protocolos suficientes para tratar a quien lo necesite sin riesgo para la población... hasta que se evidencia que eso no es así.
Digo "se evidencia" porque el hecho de que haya que convocar una lamentablemente bochornosa rueda de prensa con la intención de transmitir tranquilidad y provocar justo lo contrario a causa de que el virus se haya "escapado" de su encierro da cuenta de que, a los hechos me remito, las medidas tomadas para gestionar esta minucia sin importancia no han sido suficientes, ni mucho menos.
Como comprenderás, después de tus declaraciones y tras la experiencia con la que uno se pertrecha tras tanto embuste en lo que lleváis gobernando, los ciudadanos pensamos, y con razón, que si dices que no hay riesgo es que "apañaos vamos".
¿Con qué cara dura se puede, y te lo pregunto con seria indignación, someter a la sanidad pública a unos recortes draconianos que están matando a tanta gente y pretender gestionar, con tal falta de medios, una enfermedad con capacidad de convertirse en epidemia en menos que canta un gallo? La pregunta es retórica; no espero que la contestes porque además sé que no lo harías; la respuesta, además, ya la sé: con la tuya.
Mientes cuando dices que en cuanto se detectaron los síntomas tomasteis las medidas que había que tomar. Si una profesional que ha estado en contacto muestra síntomas como los que mostró, se la aísla, no se la manda a casa.
Tras tu intervención en la rueda de prensa para hablarnos del Ébola, Sra. ministra, los españoles, una vez más, vamos al baño con el dolor propio del estreñimiento de a quien se le ha encogido el agujero del culo. No creo que se te haya pasado por alto que en las redes sociales tu nombre, tu gestión, tu trabajo y tu capacidad están siendo objeto de los calificativos más descalificativos, no solamente por los ciudadanos sino también por expertos internacionales cualificados. Creo que desde Europa ya os están pidiendo explicaciones. Has mentido, has tomado las decisiones más inapropiadas, has vuelto a mentir, no tienes intención de dimitir y ahora, para rizar el rizo, una vez probada tu inconmensurable incompetencia, pretendes regalarnos un plus de crueldad incluyendo entre tus planes el infame sacrificio de Excálibur, un animal que, no solo no tiene la culpa de nada, sino que además es inofensivo. Puestos a tomar medidas preventivas, no mandes a personal no preparado, sin medios suficientes y sobretodo, recuérdalo, dile a tu jefe que no recorte en sanidad. Porque pretender terminar con la vida de un inocente como medida preventiva, eso creo que lo entenderás, entra en abierta contradicción con una medida tan negligente como recortar ahí donde se puede armar la de Dios es Cristo (que no es que se diga ahora). Y aunque puedo parecer exagerado, si introducir el Ébola en Europa y exponer de forma imprudente al resto del mundo a una pandemia infernal no es la de Dios es Cristo, ¿qué lo es?
Espero que tengamos mucha, mucha, mucha suerte y el asunto no vaya a más. Pero la diferencia entre que hayas liado la peor pesadilla sanitaria del mundo este siglo o no, sin duda, no dependerá tanto de que mates a un perro inocente como de que se tomen medidas legales para impedir que sigas siendo una amenaza para la vida y te sustituyan (a ti y a todos los demás que hayan tomado medidas tan necias) por personas competentes, que las hay, para tratar correctamente un asunto tan importante.
Dicho esto, creo que deberías dimitir. Pero sobretodo, creo que deberías ser juzgada y, si se demuestra, como apuntan los hechos, que eres una amenaza para la población, encarcelada. Es mi opinión.