Hoy

Retiran el oxígeno a domicilio, Cristina Cifuentes accidentada, nos convocan a delatar al vecino, conocido y circundante, las oficinas de empleo pueden llamar por teléfono, y si no se atiende, retiran el subsidio. Para rematar la faena, Teófila se despacha soltando que twitter cuesta dinero a las personas que piden ayudas para comer. Ahogados, recortados, vejados y vilipendiados. Así las cosas, propongo elaborar una base de datos fuera de la ley en la que conste todo ciudadano sin teléfono, que los hay. Son muchos y van a ser más. La base de lo básico anda difusa, tan confundida como el concepto. Un gobierno que ignora el clima moral del asunto no puede dar lecciones de nada.

Opinión | 24 de agosto de 2013
Consuelo G. del Cid Guerra

Se propone, también, eliminar las vacaciones pagadas. Por quitarnos, pueden empezar por la respiración, que ya lo han hecho con muchos enfermos crónicos negándoles la bombona. Siempre queda la de gas, se aspira y un gasto menos. Abocados al olvido, la resistencia es incómoda y las bocas que alimentan aumentan con sus reducciones elementales. Como protestes en la calle, te llueven unas hostias considerables por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que todo lo pueden. Y si te matan, allá penas. Como te hieran, a saber si el hospital de turno se dignará atenderte.

No tienen la menor idea de cuántas cartas devueltas inundan las grandes oficinas de correos bajo el lema "se fue sin dejar señas". Es que no están. Desahuciados, perdidos en casas de familiares o amigos mientras llenan el tuper de sus hijos pagando la correspondiente cuota escolar por calentar el chisme. Nos indican, también, que la hambruna infantil es responsabilidad de los padres. Padres pobres gracias a sus máximas medidas que encima son cuestionados.

Pasar, lo que por pasar se entiende, pasa poco. Seguimos siendo el gran país del miedo que no asalta las calles en manada. Los pocos y los menos, criminalizados y comparados con grupos terroristas como ETA. Más pánico. Las comisarías democráticas retroceden  al más puro estilo dictatorial, porra en mano, bofetada al canto y calabozo oscuro. Nos quieren pobres, enfermos y cobardes. Fundamentalmente débiles. Así se manipula a la masa, se la aplasta junto a las colillas y se les tapa la boca.Las estadísticas dicen que volverían a ganar, y seguro que es cierto. El poder se reparte exactamente igual que en las ansiadas sillas de tele5, televisión merecida que asímismo votamos todas las tardes. Cotillas, rastreros, traidores y cobardes.

No puedo llamarme a engaño porque nunca me engañaron. Lo sabía. Dije hace ya mucho tiempo que avanzaba la bestia. Ya ha llegado. Está aquí.

Deseando la muerte de Cifuentes no se soluciona nada. Ponerse a la misma altura no provoca otra cosa que el tortazo. Ayer largaba Teófila, aunque dubitativa, el coste de un twitter. Por la boca muere el pez que no sabe nadar. Pero como escribió Rigaut: "El último que reirá no es quien pensais. Llorad, ese es el retraso que os deseo".


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