Ha denunciado a Morton,el biógrafo hijo de la Gran Bretaña,que en su libro afirma que nuestra Rey-na,cobró del Gobierno hasta el año 96 como precio al gran silencio,la mudita que nunca,hasta la fecha, ha hablado sobre su relación con Juan Carlos. Este es el momento perfecto, y creo que debe aprovecharlo. Ojalá no se bañe en medias tintas, ojalá hable, ojalá se decida de una vez por todas a contar su misterio. Dice que la verdad sólo la sabe ella, y que nunca le ha dado la gana de decir si es verdad o mentira. Un amigo escritor me contó que puso a su hija el nombre de Sofía en honor a la cornuda más grande de España. Pobre muchacha,convertida en "Misofi" por su madre, que la crió en un circo y ahora se desintoxica de excesos varios. Nuestra Rey-na no tuvo una vida fácil. Su matrimonio con el gran domador de leones fue un infierno. Ella, tan larga como bella, se rebeló como pudo y ha sacado adelante a sus hijos sola. Tiene un carácter fuerte, se reconoce dura y su imagen es mucho más querida que la de Juan Carlos. Bárbara no ostenta corona pero es nuestra Rey-na, Totana debería condecorarla y poner una calle a su nombre.Vamos, que Corinna,a su lado, no es nadie, por princesa que insista en llamarse Alteza. Yo le deseo suerte a nuestra Rey-na, porque se la merece, y me va a faltar tiempo para leer su libro, que devoraré con la misma fiereza de los leones de Cristo.