O a la playita para los menos pudientes que entre ellos son cada vez menos pese a la crisis. Pero el caso es que miles de ciudadanos desafiaron a la calima y al bochorno -al final no fue tanto- y acudieron masivamente a la llamada de la comunidad científica echándose a la calle, entre ellos la propia alcaldesa de ATI del municipio sureño.
Y el caso es que muchos de los asistentes a la impresionante marcha, a la que se le quedó corto el recorrido porque la cabecera estaba en Presidencia del Gobierno cuando aún estaba llegando gente a la Plaza Militar, no habían nacido cuando se llevó a cabo la primera manifestación-concentración contra este Crimen sin precedentes. Pero también acudieron a la manifestación en los carritos o a hombros de sus padres pese al calor. Y también es cierto que entre los adultos, para los que hemos tenido la suerte de estar en todas estas protestas, llamaba la atención la cantidad de caras nuevas que se han incorporado a esta lucha digna, democrática, pacífica y cargada de argumentos frente a la mamandurria y el pelotazo y los que desprecian y denigran a lo más valioso de nuestro terruño y de nuestras gentes, como es la comunidad científica que no tiene necesidad ninguna de enfrentarse abiertamente a estos corruptos que los pueden meter en muchos problemas.
En fin, que poco más que decir que no sea otra cosa que un gran abrazo fraternal a todos los que han mantenido esta lucha viva pese a todos los insultos, las calumnias o las insinuaciones indecentes como las que lleva a cabo de radio en radio el tal Ricardo Melchior, que debiera ser el presidente de todos los tinerfeños y que sólo se ocupa de preparar el terreno para los pelotazos de sus amigos de siempre, desde su Unelco del alma hasta los especuladores que se han hecho con la sanidad. Todos metidos en el pelotazo indecente del gas, al que las instituciones de Gran Canaria han dicho 'NO' y en la especulación de terrenos que ha hecho literalmente imposible que nadie compre un metro de suelo en el polígono de Granadilla para producir riqueza porque unos mangantes los han acaparado, en muchos casos con dinero de los impuestos no pagados de la RIC puestos al servicio de la especulación que sacude los intereses generales de esta tierra desde hace ya demasiados años.