Harta de fantasmas y músicas sin máquina. Harta de mentiras en boca del gobierno. Harta de que traguemos mientras vamos quedando en un rincón, perdidos, con hambre y al borde de la calle.Harta de cobardÃas, soflamas y soplagaitas que no llevan a nada. Muy harta de protestones que hasta hace cuatro dÃas no eran más que pelotas a cambio de un salario que ascendÃa por eso, por pelota.
Opinión |
01 de febrero de 2013Cordelia Colby
Ahora la empresa cierra. Te despide, te echa, te pone en el mismo lugar de donde eres: Nadie.
Te crees un gurú, un sabio de poca monta, y sigues llevando tantas pulseras como entonces, sin querer darte cuenta de que tú, precisamente tú, cierras grilletes propios. Harta. Harta de gente como la tuya, de tu persona, de toda tu mediocridad difundida como si fuera el nuevo catecismo. No os creo.
Harta del tarot, el karma, las flores de Bach o Mahler. Por cierto, con toda seguridad, no sabes quién es el último y corres hacia google. Todos somos ya pobres, pero todavía hay clases. De ortografía, historia, cultura general. No pretendas apuntarte a mi revolución.No cabes porque no sabes. El pelo de tu dehesa se electriza y deja al descubierto ese analfabeto, ese cateto, esa marca de fábrica que no quiso hacer nada para dejar de serlo. Harta de todos vosotros. Harta. Si aquí y ahora, vosotros, pretendeis otra cosa en nombre de un ego que está por hacer, las barricadas del traidor os pueden explotar en las narices.