Indignación

Indignación. Si, indignación es la única palabra capaz de describir lo indescriptible. Los últimos sucesos en Plaza Cataluña, con la policía entrándoles a porrazos a los manifestantes que durante una semana han demostrado pacíficamente, no despiertan otro sentimiento que no sea el de indignación.

Opinión | 30 de mayo de 2011
Israel Benavides

Con el pretexto de "limpiar" la plaza, empezaron a desalojar a los acampados. El resultado fueron 127 heridos. Es un día muy triste para España. Algunos se cuestionan quién está detrás de los manifestantes. Quizás es tiempo de cuestionarse quién está detrás de los policías que reparten estacazos entre jóvenes indefensos. ¿El recién electo alcalde de Barcelona? ¿La Generalitat Catalana? ¿El gobierno central español? En todo caso España ha retrocedido a los tiempos de Franco. ¿Que diferencia existes entre esas represiones y las de la legendaria Plaza Thair en el Cairo? ¿Con qué moral ahora puede el gobierno español o los gobiernos europeos exigirle a las tiranías de Siria, Libia y Yemen que respete la libertad de expresión de los manifestantes cuando en plena Barcelona, Ciudad Olímpica y orgullo de Cataluña, se comenten semejantes atrocidades? ¿Es que estaban esperando a que pasaran las elecciones para entonces cargarse a los que protestan?

Lógico: ya no hay que darse el barniz de democráticos y abiertos al pueblo porque recién terminó la campaña electoral, los votos están contados y lo escaños repartidos. Ahora si pueden reprimir a diestra y siniestra. No les basta con que los políticos, cada vez más corruptos, sigan cosechando votos como si no pasara nada. No les basta con que los bancos, los verdaderos creadores de la crisis, sigan exprimiendo impunemente a los asalariados. No les basta con que los ricos cada vez se hagan más ricos a costa de que los pobres cada vez se hagan más pobres No les basta que a los jóvenes les hayan robado todas las perspectivas. Más de un 40% de ellos en España carece de empleo y los que logran trabajar lo hacen por un salario irrisorio. Un recién graduado universitario, pese a largos años de estudio, no llega ni a los 1000 euros mensuales. No. Quieren más.

Quieren taparle la boca a los que tienen el valor de denunciar los males de la nación. Buscan un pretexto para terminar a porrazos la larga lista de cargos contra los que mal administran y mal gobiernan el país. Pero no se saldrán con las suyas.

Mientas quede una persona honrada, una boca para denunciar las atrocidades, un pensamiento de amor por el país y ganas de eliminar tanta canallada, no podrán someter los pensamientos ni la protestas. La respuesta de los barceloneses no se hizo esperar. Después del desalojo policial, el pueblo se volcó a las calles. La Plaza Cataluña volvió a estar más llena que nunca con un mensaje muy claro: "Ya basta" y "No pagaremos vuestra corrupción". Además centenares de estudiantes bloquearon la Diagonal de Barcelona en señal de protesta. La represión tuvo además un efecto contra productivo, pues la carga policial en Barcelona reactivó la protesta en otras ciudades. La violencia no nos puede hacer callar.

Siempre nos queda la palabra, incluso los dedos en el teclado para la frase escrita, si los porrazos logran ahogar nuestras gargantas.


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