El partido

No se trata únicamente de fútbol, consiste en El Partido de anoche, que sorprendente.Mente ví de principio a fin. Y digo sorprendente porque no soy futbolera, es más, detesto lo que antecede y precede a esos eventos.

Opinión | 22 de abril de 2011
Consuelo G. del Cid Guerra

Sin embargo, siento un especial afecto por el Barça. Lo siento con conocimiento de causa, porque pude comprobar en su momento que es más que un club. Incluso -creo recordar- que en una ocasión afirmé lo siguiente sobre sus colores: Los dos auténticos colores de la sangre, roja y azul. Roja por naturaleza, y azul por su nobleza. No hablo por hablar, aunque por esta vez, tampoco digo más. Forma parte de mi historia personal e íntima. Me pertenece y es la huella de mi memoria. Disculpen que no lo comparta.

Anoche, el Barça perdió. Seguía junto con mi amigo Zimmerman -del Madrid- su desarrollo. Nos reíamos ante la tensión, y de alguna forma celebramos la victoria del ganador: Madrid.

Esta mañana, al entrar en una red social, los insultos y descalificaciones hacia el equipo ganador, no tenían desperdicio: "Cabrones, putos". "No necesitamos la copa el Rey, somos antimonárquicos". Barça, Barça, Barça...

Jugaba mi país: España. Resido muy lejos de él, y hoy he visto resurgir de nuevo a las dos Españas viejas, añejas y peligrosas. Hay que saber perder.

"Mente sana, cuerpo sano" es la cita célebre del deporte. Pero por mucho que se juegue, que se sude, y por muchas flexiones que se hagan, de poco sirve si ante todo no existe la reflexión.

El Barça ha perdido y esta es la realidad. Que el club lo encaje y sus seguidores lo acaten. Porque no saber perder es algo más que lamentable: Pasa por no ser.


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