Allá se queda, a lo lejos, el brazo tonto de la ley y sus sentencias, que están pero que muy por debajo de las audiencias. La chica, que ha cambiado mucho (lo digo por el chicle que mascaba y el acné juvenil) lo remata contando en riguroso directo, cómo una noche metió un cuchillo bajo la almohada y acto seguido se lo puso a su entonces marido en el cuello. Nada. Pero no pasa nada.
Elena Tablada: Esposa legal vigente de David Bisbal, a la que Mila Ximénez llama "boca de pato" y con razón. Esa mujer -supuestamente- desprecia a la familia de su marido, por humilde y lugareña. Así lo cuentan, puesto que -al parecer- durante el bautizo de su hijita, no les hicieron ni caso, y además, volaron hacia el evento en clase turista, no en business, como la familia Tablada. Qué vergüenza.
Belén Esteban: Que se le muere la abuela paterna, y anda la chiquilla como un alma en pena, arriba y abajo, mientras se despacha entre gritos y lágrimas (sonrisas, ni una) con respecto a las declaraciones de su ex, el torerillo anoréxico, analfa y millonario.
Carmele Marchante: No es hija predilecta de Tortosa, lo único que ha hecho es nacer allí, siendo por tanto hija de su madre, nada más y nada menos. Dice ella -que se confundió, porque en una época determinada le concedieron varios premios, menciones y honores por sus variadas causas- quizá, entre ellas, la estampa geriátrica de Agata Ruiz de la Prada- ella, repito, se lió entre tantas medallas y condecoraciones, creyendo, en su bondad, que Tortosa la había nombrado: Pero Tortosa pasa de ella y jamás la nombró. Vamos, que hasta el Ayuntamiento se ha pronunciado al respecto.
JJ, entiéndase Jorge-Javier Vázquez: Le reprocha a Mila Ximénez no haber acudido al dentista, mientras ella, comenta lo siguiente: "esto no es normal". Y eso digo yo, vamos. Que nada, pero que nada de esto, es normal.