Tras sus conversaciones con Villarejo, Antonio GarcÃa Ferreras consigue demostrar que es posible transmitir tufo a mierda mediante ondas electromagnéticas.
Editorial | 12 de julio de 2022El famoso periodista y director de La Sexta ha logrado replicar, a través de las ondas electromagnéticas que transmiten la señal de televisión, el efecto que anteriormente había sido alcanzado por Eduardo Inda a través de los bits.
Para conseguirlo, se ha servido de la técnica conocida como "doble procesado de realidad alternativa". Esta técnica consiste en crear una realidad falsa que ya huela mal en su forma original, también conocida como mentira, y luego esperar a que se conozca su intervención en la misma. Posteriormente, se procede a reinventar la realidad, esta vez sobre el mecanismo utilizado para crear la primera.
La historia utilizada para este hito versaba sobre una cuenta de Pablo Iglesias en Granadinas, inventada originalmente por Inda y ventilada posteriormente por el propio Ferreras. Para conseguir el tufo original, bastó con que se filtrara una conversación suya con el comisario y experto en organización criminal y cohecho José Manuel Villarejo, en el que se rebela su conocimiento de la falsedad de la noticia. La técnica del doble procesado termina inventándose otra realidad alternativa que aparente disipar el tufo. Con esto se consigue que el pestazo atraviese la pantalla del espectador. Para ello, Ferreras declaró no ser conocedor de la falsedad de la noticia; afirmación que implica añadir otra falsedad al jaleo montado.
Para conseguir el efecto, es necesario que la segunda falsedad sea flagrante, para lo cual Ferreras se inventó un discurso incompatible con la información revelada por los audios.
Posteriormente al doble embuste se han filtrado otros audios en los que se le puede escuchar contando al comisario Villarejo cómo mató (políticamente) a Juan Carlos Monedero.
Al no tener cuenta en la famosa red de microblogging Twitter, ha delegado en su esposa, Ana Pastor, la tarea de remover la mierda en RRSS para que el pestazo no pierda intensidad.
En el momento de escribir estas líneas, a excepción del comisario y por otros motivos, nadie ha entrado en prisión.