Nos queda la palabra

Nos queda la palabra

Este periódico nace desde la necesidad visceral, la propia boca del estómago y la más pura conciencia. El proyecto se gestó a partir de la libertad de expresión, censurada en su tiempo, y a la que hoy y ahora se disfraza en nombre de frases lapidarias que aseguran ir contra el sistema cuando en realidad son el sistema.

Editorial | 22 de febrero de 2009
Consuelo García del Cid Guerra

No el de siempre, reconozcámoslo. El que se pretende instaurar, moderno y de diseño, a costa de la crisis. Con forma estética pero dudosa ética.

Son los mismos perros con distintos collares.
En esa penosa situación que dí­a a dí­a pagamos los que de verdad creemos en la libertad. A todos los que no nos pueden engañar, porque venimos de largas batallas y apuestas dolorosas. Los que hemos pagado peaje trabajando, emprendiendo, escribiendo, pintando, fotografiando, esculpiendo y manifestándonos , sabemos el precio de las cosas, el fondo de los asuntos, la diferencia entre cristal y espejo aunque ambos puedan rasgarnos las venas. Hemos leí­do de todo, habremos vivido más y nos queda mucho por hacer.

Viajamos por la mitad del mundo, pero jamás hemos sido turistas. Padecimos dictaduras y contra ellas arrojamos todas las piedras, levantamos la voz hasta quedarnos afónicos, no creí­mos al ganador ni al perdedor, sólo al hombre. Algunos, desde el lado oscuro, cruzamos las puertas del peligro. Ahora tenemos la palabra. Por todos los poetas muertos que se han quedado en el camino y que deberían estar aquí, citaré a Xhelazz : "La voz del enemigo nos acusa, el silencio del amigo nos condena". Nos queda la palabra.

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