No sabía lo que iba a encontrar. Y lo que encontré fue una historia que rayaba lo absurdo y lo que es más maravilloso en una historia absurda es que sea real y está lo era. Basada en el libro de Jon Ronson ?The Men Who Stare At Goats?, el film narra como un reportero (Ewan McGregor) descubre por casualidad el intento de crear una sección en el ejército de los Estados Unidos que aprovechara los poderes paranormales y psíquicos de algunos de sus hombres. Expone de una forma irónica y en algunos momentos sarcástica la historia de estos soldados y sus vivencias, sumergiéndonos en una atmósfera hippy. Cargada tal vez de demasiados flashbacks saltamos desde iraq a vietnam, pasando por el miedo al comunismo ruso. Los actores se desenvuelven como pez en el agua, no encuentras ninguno que actúe a contracorriente (contracorriente?, sigue leyendo y lo entenderás). La verdad es que el guión tiene sus puntos brillantes, yo resaltaría lo que dice el reportero cuando le abandona su mujer: ?Hice lo que muchos hombres cuando les rompen el corazón, me fui a la guerra.?.
Sólo queda añadir que salí con un buen sabor de boca y me sorprendí al darme cuenta que durante una hora y media no había pensado en Ella. Así que la conclusión como dice Clooney es que:
?Un hombre debe conocer su destino. Si sabes tu destino es como dejarse llevar por un río que lleva a él, fluyes, si te diriges hacía un destino que no es el tuyo es como nadar a contracorriente. Como si Gandhi hubiese querido ser corredor de carreras?.