The Men Who Stare at Goats

The Men Who Stare at Goats

Sábado por la mañana, mi vida no apunta a ninguna parte, y el cielo sostiene un sol que no calienta. En un afán desesperado por distraer mi mente (sólo pienso en Ella), la novia de mi padre tuvo la brillante idea de ir a la sesión matinal del Icária Yelmo. Habíamos quedado en las taquillas y ahora nos encontrábamos en el dilema que se suelen encontrar las democracias de tres personas y veinte salas. Mi padre votaba por ?El Hombre Lobo? de Anthony Hopkins (siempre se ha sentido atraído por las personalidades algo prepotentes, como ellos, el también suele sobreactuar), Mª José se decantaba más por ?Invictus? (la historia de sudáfrica no podía escapar a las tentaciones de una profesora de bachillerato), y yo, a decir verdad simplemente movido por el reparto de la película (Ewan McGregor, George Clooney, Jeff Bridges y Kevin Spacey) me lanzaba a ciegas por ?Los Hombres que Miraban Fijamente a la Cabras?. Uno de los tres tenía que cambiar el voto, mis preocupaciones eran el motivo de esta escapada matinal (sólo pienso en Ella), y mi padre nunca es de los que ceden el primero, así que Mª José, consciente de estos dos hechos dio apoyo a mi elección. Entramos en la sala casi vacía, se apagaron las luces y acción.

Cultura | 27 de marzo de 2010
Roger de la Concepción

No sabía lo que iba a encontrar. Y lo que encontré fue una historia que rayaba lo absurdo y lo que es más maravilloso en una historia absurda es que sea real y está lo era. Basada en el libro de Jon Ronson ?The Men Who Stare At Goats?, el film narra como un reportero (Ewan McGregor) descubre por casualidad el intento de crear una sección en el ejército de los Estados Unidos que aprovechara los poderes paranormales y psíquicos de algunos de sus hombres. Expone de una forma irónica y en algunos momentos sarcástica la historia de estos soldados y sus vivencias, sumergiéndonos en una atmósfera hippy. Cargada tal vez de demasiados flashbacks saltamos desde iraq a vietnam, pasando por el miedo al comunismo ruso. Los actores se desenvuelven como pez en el agua, no encuentras ninguno que actúe a contracorriente (contracorriente?, sigue leyendo y lo entenderás). La verdad es que el guión tiene sus puntos brillantes, yo resaltaría lo que dice el reportero cuando le abandona su mujer: ?Hice lo que muchos hombres cuando les rompen el corazón, me fui a la guerra.?.

Sólo queda añadir que salí con un buen sabor de boca y me sorprendí al darme cuenta que durante una hora y media no había pensado en Ella. Así que la conclusión como dice Clooney es que:

?Un hombre debe conocer su destino. Si sabes tu destino es como dejarse llevar por un río que lleva a él, fluyes, si te diriges hacía un destino que no es el tuyo es como nadar a contracorriente. Como si Gandhi hubiese querido ser corredor de carreras?.


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